La Segunda, 2 de septiembre de 2014
Opinión

Ferguson y Chile

Leonidas Montes L..

Esta columna no trata de lo que sucedió en Ferguson, Missouri, sino del historiador que nos visita. Niall Ferguson tiene sólo 50 años. Nació en Glasgow, Escocia. Quizá de ahí viene su pasión por las ideas liberales. Hace unos 250 años, otro escocés, Adam Smith, era profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Glasgow.

Como académico, Ferguson es muy productivo. Y también provocativo al defender el verdadero liberalismo. Aunque ya nos adelantó algunas ideas, será interesante escuchar lo que dirá acerca de Chile. Descubrirá que en educación estamos por el Estado y la gratuidad. Y como hasta el ministro Eyzaguirrre se ha convertido al creacionismo, vamos por el “no a la selección”. Porque en Chile el lucro se ha demonizado. Y la selección es el mal de algunos pecadores darwinistas.

Ferguson ya se refirió a los cambios de Constitución como “un vicio latinoamericano que hace de la Constitución un fútbol político”. Bueno, en Chile estamos en la pichanga para el próximo mundial. Le dirán que nuestra Constitución, pese a los cambios, tiene el pecado de origen. Un reciente estudio muestra que el 56% de las constituciones del mundo vienen de gobiernos autoritarios. Pero eso no importa. Son cosas del fútbol.

Se sorprenderá de que en Chile ya se creó una AFP estatal. Estará de acuerdo con el experto de la OCDE quien declaró que no lo entendía, agregando “si ya hay un mecanismo que funciona y el resto del mundo le gusta, ¿no será mejor andar por ese camino?”.

En Latinoamérica, dice Ferguson, hay tres izquierdas: la buena, la mala y la fea. En la fea, están Venezuela, Ecuador y Argentina donde las consecuencias del populismo están a la vista. La mala está en Brasil que, anclado a su estatismo, no crece. Y en la izquierda buena, estaría Chile y los países que nos han imitado y crecido, como Perú. Pero en Chile, en vez de mirar al Pacífico, estamos coqueteando con la Señora K y pidiendo excusas por no solidarizar en la guerra de las Malvinas, cuando la verdad es que nos salvaron el pellejo.

Y en el debate acerca de la desigualdad, Ferguson se sorprenderá. Guido Girardi acaba de declarar que Chile “es el país más desigual del planeta”. El historiador se preguntará qué cifras o índice Gini maneja el senador Girardi. Porque una cosa es tener un problema de desigualdad. Otra muy distinta es que seamos el país más “desigual del planeta”. Posiblemente, se preguntará en qué planeta vive el senador. Y la respuesta la conocemos: vive en el planeta Girardi, ese de la izquierda fea y populista.

En medio de tanta confusión y populismo, Ferguson viene a entregarnos una refrescante dosis de liberalismo. Qué falta le hace a Chile.