Los dos últimos sondeos presidenciales del CEP anticiparon el resultado electoral, a pesar de que había más indecisos. Esta vez son más en segunda vuelta. Esto puede introducir un cambio, según el economista, si «todos los votantes de Frei o ME-O», que hoy no saben qué harían si su candidato pierde, se inclinan finalmente por el que pasa a competir con Piñera. Pero lo ve improbable.
por Pilar Molina A.
Harald Beyer es investigador y coordinador académico del CEP. Y aunque el economista también forma parte del grupo programático Tantauco, conserva la frialdad para analizar la influencia de los indecisos y el resultado de la próxima presidencial.
-¿Usted cree que los indecisos puedan alterar el resultado de la elección al día de hoy?
«Este grupo, unas 700 mil personas, no podrían alterarlo salvo que se inclinaran mayoritariamente por un candidato, pero eso es muy difícil que ocurra porque es un grupo relativamente apolítico. Aunque la base de datos de la última encuesta estará disponible la próxima semana, en las del pasado, se trata de gente que no se identifica con ninguna posición política ni se inclina ideológicamente. En las elecciones anteriores se han repartido en proporción similar a los que tienen decidida su votación».
-Hoy hay menos indecisos que en las dos elecciones anteriores…
«Es que hoy hay una oferta nueva, Marco Enríquez-Ominami, lo cual hace caer el número de indecisos».
-En las encuestas del CEP a esta altura de 1999 y 2005, el resultado se repitió en las elecciones de un mes después, a pesar de que había más indecisos en primera vuelta que ahora.
«Sí, el resultado electoral se ajustó a la encuesta, a pesar de los indecisos, de la franja y de todo lo demás. Lo que podría cambiar el resultado de la elección no son los indecisos, sino que un evento político mayor, como una denuncia, que se descubriera un escándalo de alguno de los candidatos, o un error de proporciones de alguno de ellos. Pero los indecisos no van a definir esta elección».
-¿Es efectivo que esconden un voto de derecha también?
«Al principio ocurría, pero si miras la de 2005, no hubo sesgo con Lavín y Piñera. Tradicionalmente el votante de derecha es un poco menos politizado y esconde más su voto, pero eso pasaba en el pasado cuando había algunos sentimientos de culpa por apoyo al régimen militar».
-Si los indecisos se comportan como el resto, ¿eso significa que también apuestan a ganador?
«Hay una gran discusión si eso es o no importante. Yo no creo que tenga mayores efectos».
-¿Tiene sentido que todas las campañas estén programando la conquista de los indecisos a través de la franja o el casa a casa?
«No. Yo creo que la campaña debe ser más general. Lo que muestra esta encuesta es que ningún candidato entusiasma demasiado a los votantes. Con Bachelet había mucho más compromiso, lo que se mide en qué tan decidido tienen sus votos. Lo normal en las democracias modernas es esta falta de pasión. Pero eso no significa que el voto sea débil. Lo demuestra el de Piñera, que está estancado, pero en un nivel relativamente alto y a pesar de tener mucho tiempo de campaña. Pero también puedes decir que hay una cierta fortaleza de la Concertación porque ME-O, a pesar de que representa a un desafío grande, no ha logrado derribar a Eduardo Frei con todos su problemas y defectos».
-¿Le faltó tiempo?
«No creo, esta campaña ha sido extremadamente larga. Yo creo que el 19% se aproxima a su techo o al 22% de los votos válidamente emitidos».
La incógnita de segunda
-¿Qué importancia tiene que si Frei pasa a segunda vuelta, el 32% de los electores de Marco no votaría por Frei y lo mismo ocurriría con el 34% de los de Frei que no elegiría a ME-O?
«No es demasiado importante. Refleja una diferencia en términos de la composición del votante, porque el de Frei es uno más ideológico, que está más en contra de Piñera y por eso se vuelca en un 54% a Marco en segunda vuelta. En el caso de éste hay más transversalidad, que es un importante activo para el futuro, porque un 29% sus votantes en primera irían a Piñera en segunda. Eso hace que aparezca Piñera tan estancado o le critiquen que esté bajo la votación histórica de la derecha…».
-¿Del 43% del «Sí» o del 47% de Lavín en 1999?
«Exacto, pero se explica en que ME-O es un candidato transversal que si pierde en diciembre, Piñera recupera sus votos porque son electores más cercanos a la derecha que a la Concertación».
-Pero en esta encuesta hay más indecisos-nulos en segunda vuelta (20 o 23%) que el 18% que había para las elecciones de 1999 y 2005.
«Claro, sube porque es gente que está muy comprometida con un candidato y no sabe qué hacer cuando ese (Frei o ME-O) pierde en primera vuelta, pero lo más probable es que ese grupo también se divida».
-¿Por qué aumentan estos indecisos-nulos a 23% cuando es ME-O el que pasa a segunda vuelta?
«Porque aunque la gran mayoría de los votos de Frei va a optar por Marco (54%), hay un grupo grande de sus votantes, el 34%, que no está convencido. Tampoco quiere votar por Piñera y por eso dice que no sabe, no vota o lo hará en blanco o nulo. Me atrevería a decir que son DC, que ME-O no les resulta muy atractivo y que al final se van a inclinar en proporciones iguales por ME-O y por Piñera».
-¿Y si se carga todo el tercio de indecisos que en primera votaron por Frei o por ME-O al otro candidato de la Concertación que pase a segunda?
«Yo creo que en primera vuelta no hay ninguna incertidumbre. Pasan Piñera y Frei. Pero la segunda vuelta es efectivamente más incierta desde un punto de vista analítico porque ese grupo (que son los 8.8 puntos de los que votaron por Frei y los 6 puntos de los que lo hicieron por ME-O en primera) es más ideologizado y si se inclinara enteramente por el candidato de la Concertación, no se darían los resultados de la CEP en segunda vuelta. Es decir, si todos los indecisos y nulos que votaron por ME-O se inclinan por Frei en segunda, éste igualaría a Piñera en los 43 puntos y el fallo tendría que ser fotográfico. Con todo, el hecho de que se reserven su voto en esta oportunidad hace difícil pensar que el 100% de ellos se incline por Frei».
-Pero este grupo que podría alterar los resultados de segunda anticipados por la CEP no son el indeciso tradicional.
«No en estricto rigor. Son votantes que se quedaron sin candidato en segunda vuelta y que podrían hacer una diferencia que no está arrojando hoy la encuesta de segunda vuelta si todos se inclinan finalmente por el candidato de la Concertación».
«Yo creo que en primera vuelta no hay ninguna incertidumbre. Pasan Piñera y Frei. Pero la segunda vuelta es efectivamente más incierta desde un punto de vista analítico».
Por qué los indecisos no cambiarán los resultados
¿Cuántos?
Son entre 700 mil personas y 1,2 millón. Según el CEP, corresponden al 8% de los 8,2 millones inscritos para votar. Según la encuesta Adimark de octubre, al 29%. En la última presidencial votaron 7 millones 207 mil personas en primera vuelta y un pelo menos en segunda.
¿Cómo son?
Los analistas coinciden en describirlos como mayoritariamente mujeres, mayores de 35 años, con una buena proporción sobre los 60 años, de estrato socioeconómico mayoritariamente bajo y medio bajo. Mayoritariamente viven en sectores populares urbanos de Santiago.
¿Comportamiento?
Son descritos como apolíticos y antes tendían a esconder un voto de derecha que no se atrevía a manifestarse en los sondeos. Tienen escasa reacción a la franja electoral y a las campañas. Cuando votan, finalmente lo hacen como el resto, es decir, no alteran las proyecciones de resultado final que no los considera.