Compilación de las presentaciones que los autores realizaron en el seminario «Los incendios forestales y sus consecuencias en los ecosistemas» realizado el 2 de mayo de 2017 en el Centro de Estudios Públicos.
La temporada de incendios 2016/17 en la zona centro-sur de Chile fue particularmente destructiva. En 16 días, el fuego arrasó con más de 500.000 hectáreas de bosque nativo, cultivos, pastizales y plantaciones forestales. La intensidad y velocidad de propagación del fuego fueron tales que éstos han sido catalogados como los primeros incendios de una nueva «sexta generación» de eventos de este tipo.
La severidad del fenómeno se explica por una combinación casi perfecta de factores (sequía, altas temperaturas, humedad ambiental inusualmente baja, etc.) que potenciaron el siniestro. Como resultado, no sólo la superficie afectada por los incendios fue considerable, también se produjeron enormes pérdidas materiales en la forma de casas y edificios y, más dramático aún, se perdieron varias vidas humanas.
En mayo de 2017, se desarrolló en el Centro de Estudios Públicos un seminario orientado al análisis de los referidos incendios forestales así como a las lecciones que es posible obtener de estos eventos y de otros similares en otras partes del mundo, como también a las estrategias posibles para la recuperación de los ecosistemas afectados. En este documento se encuentran compiladas las presentaciones de los distintos participantes del referido seminario.
El análisis presentado aborda desde las causas de los incendios, los efectos que éstos tuvieron en los ecosistemas afectados, la extensión de las pérdidas ocurridas en términos de especies y ecosistemas dañados, así como los efectos económicos directos. También se incluyen descripciones de fenómenos comparables en Australia y el sur de España que ayudan a poner en contexto el evento ocurrido el pasado verano y también muestran cómo la recolección de información sobre su comportamiento es una herramienta vital para evitar que futuras ocurrencias puedan alcanzar los niveles de destrucción observados.
Dos de las presentaciones dicen relación con la forma en que es esperable que los ecosistemas afectados se recuperen y las estrategias que es posible abordar para contribuir a dicha recuperación.
La principal conclusión de este análisis es que es razonable esperar que eventos como los vividos recientemente vuelvan a repetirse. La política pública debe, entonces, concentrarse en reducir su potencial de daño y en evitar que las pérdidas asociadas sean de la magnitud de las sufridas en el verano de 2017. La pregunta no es si volveremos a vivir incendios de «sexta generación» sino cuándo ocurrirán y cómo nos prepararemos para enfrentarlos.