En el discurso del 21 de mayo, el Presidente Piñera se refirió a los positivos resultados observados durante los últimos dos años en las pruebas Simce, interpretándolos como manifestaciones de los avances en calidad y equidad de la educación. Efectivamente, los resultados recientes son buenas noticias y sugieren avances. Sin embargo, ¿son los cambios en el Simce realmente importantes? ¿Cuán informativos son de las mejoras en la calidad de la educación?
En el contexto actual, asignamos demasiado énfasis a las pruebas Simce. Más allá del dudoso valor informativo de los resultados a nivel de establecimiento, el Simce no mide la calidad de la educación en ámbitos cada vez más relevantes, como las habilidades socioemocionales de los estudiantes. La evidencia internacional ha demostrado que estas habilidades pueden ser mucho más importantes en el largo plazo que las asociadas al desempeño en una prueba de lenguaje o matemáticas. Por eso mismo, existen modelos educativos especialmente diseñados para incentivar el desarrollo de las mismas en la sala de clases.
Por otra parte, poco sabemos de cómo el sistema de educación chileno “moldea” las habilidades socioemocionales de los estudiantes, pero resultados recientes muestran, por ejemplo, que los adultos jóvenes graduados de liceos técnico-profesionales tienen mayores niveles de ellas que los graduados de liceos científico-humanistas. Lo contrario ocurre al comparar las habilidades cognitivas de ambos grupos. Esto ilustra la necesidad de contar con un sistema de medición integral de la calidad de la educación. La calidad no puede ser medida sólo en función del puntaje en una determinada prueba de logros. ¿Cómo evitar favorecer a modelos educativos orientados a la preparación de pruebas en desmedro de aquellos orientados al desarrollo de otras habilidades? Éste es el desafío futuro.
Respecto del desafío inmediato —tratar de cuantificar la importancia de los aumentos en Simce—, en un reciente estudio, junto a Dante Contreras y Jorge Rodríguez, analizamos la asociación de los puntajes Simce en 2° medio con los salarios observados 10 años después. Nuestros resultados sugieren que un aumento de un punto en el Simce de matemática incrementa el salario mensual durante la adultez en aproximadamente mil pesos. Esto permite poner en perspectiva el aumento de seis puntos en el Simce de matemáticas observado para 4° básico en 2011.
El impacto de una mejor educación no debe limitarse al ámbito económico, pero la evidencia muestra que los recientes avances en este sector podrían traducirse en mejores condiciones laborales futuras. El desafío de una medición de calidad de la calidad de la educación está abierto y requiere atención.