La Tercera, 25 de mayo de 2018
Opinión

Los hombres analizan, las mujeres toman nota

Isabel Aninat S..

Las mujeres tenemos mucho que decir. En política, en economía, en cultura, en deportes. La prensa debiera promover y valorar la diversidad de puntos de vista. Es entonces necesario preguntarles a los medios: ¿cómo estamos por casa?

Ya lo sabemos: Chile es un país machista. Históricamente lo ha sido y, a pesar de los cambios y avances, lo sigue siendo. La creencia de que ciertas actitudes y conductas son propias de hombres o de mujeres ha cambiado en las últimas décadas, pero sigue enraizada. Por ejemplo, según encuestas del CEP, si bien la creencia de que una mujer podría desempeñar el puesto de Presidente de la República de igual forma que un hombre aumentó de un 33% en 1995 a un 80% diecisiete años después, incluso en el 2012 sólo un 53% considera que una mujer puede ser tan buen piloto comercial como un hombre.

En este contexto se enmarca la discusión sobre las mujeres en cargos de poder, la que suele centrarse en el mundo público y en las empresas. Pero ¿qué pasa con el llamado cuarto poder? Al revisar los medios escritos de circulación nacional, es preocupante la irrisoria cantidad de mujeres columnistas. Algunos ejemplos. En el diario El Mercurio, el cuerpo Artes y Letras no tiene ninguna mujer y sí 11 hombres columnistas; el cuerpo Deportes, ninguna mujer y 6 hombres columnistas; Economía y Negocios, una mujer y 6 hombres columnistas; en política ninguna mujer y 8 hombres columnistas; en el cuerpo Reportajes una mujer y 6 hombres columnistas. En el diario Las Últimas Noticias, hay una sola mujer entre los nueve columnistas estables. En el diario La Tercera, el cuerpo Reportajes no cuenta con ninguna mujer y 5 hombres columnistas, mientras que entre los columnistas estables del domingo en las secciones políticas, tampoco hay mujeres pero sí 7 hombres. Incluso en un medio más progresista como es el diario online The Clinic, sólo 4 de los 20 columnistas son mujeres.

Hace un par de años, en una reunión en el CEP, frente a un cuestionamiento sobre la falta de mujeres columnistas, un editor contestó que para eso existían revistas y suplementos especiales y, luego agregó, que no había mujeres para eso. Su respuesta fue reveladora. Asume que existen temas que le interesan sólo a las mujeres. Y que únicamente a los hombres les preocupan la política, la economía, la cultura y el deporte.

Pero es también reveladora justamente por el rol que, a diferencia de los periodistas, cumplen los columnistas: analizar y opinar. Y la realidad nos muestra que las mujeres tienen mucho menos espacios en los medios escritos para participar de esa discusión analítica. Ello repercute en la falta de diversidad para mirar y cuestionar las transformaciones que están ocurriendo en nuestra sociedad. La falta de mujeres en columnas estables empobrece los tipos de temas que se ponen en discusión, la forma de aproximarse a los problemas y la mirada sobre posibles soluciones.

Las mujeres tenemos mucho que decir. En política, en economía, en cultura, en deportes. La prensa debiera promover y valorar la diversidad de puntos de vista. Es entonces necesario preguntarles a los medios: ¿cómo estamos por casa?