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PISA 2022 y el caso de Chile: Qué hay detrás de los promedios

Sebastián Izquierdo R..

PISA 2022 y el caso de Chile: Qué hay detrás de los promedios

Chile presenta un rendimiento inferior, retrocediendo al menos 14 años. Seguimos por debajo del promedio de la OCDE, aunque continuamos destacándonos en el contexto latinoamericano en las tres áreas evaluadas. 

La pandemia de COVID-19 dejó una marca imborrable en la educación y la prueba PISA 2022 acaba de dejarla al descubierto: un deterioro educativo a nivel global sin precedentes. El promedio de la OCDE disminuyó en casi 15 puntos en matemáticas y cerca de 10 puntos en lectura en comparación con la medición de 2018. No obstante, el rendimiento promedio en ciencias se mantuvo estable. La tendencia negativa no es nueva, ya que se venía observando desde antes de la pandemia, especialmente en matemáticas desde 2009, en lectura desde 2012 y en ciencias, donde prácticamente se han estancado durante una década.

¿Y cómo anda Chile en ese escenario? En línea con la tendencia global, el país experimentó descensos en matemáticas y lectura, aunque no tan marcados como el promedio de los 81 países/economías participantes. De hecho, sólo cuatro mejoraron su desempeño en las tres áreas entre 2018 y 2022, y Chile claramente no estuvo entre esas excepciones. Vamos por parte:

Matemáticas

Si bien en esta asignatura no se observó una disminución significativa en comparación con 2018, con una diferencia de solo -5 puntos, es innegable que esta merma, sumada a la anterior, nos ha dejado prácticamente en el mismo nivel que teníamos hace 16 años. Sin embargo, los promedios suelen encubrir realidades diversas. Las mujeres experimentaron una disminución significativa de 11 puntos, lo que duplicó la brecha de género. Además, las diferencias entre el quintil socioeconómico más bajo y el más alto se redujeron, no solo debido a que los estudiantes de nivel más bajo aumentaron sus puntajes en 10 puntos, sino también porque, lamentablemente, los estudiantes de nivel más alto disminuyeron en 14 puntos. Raya para la suma, Chile presenta un 55,7% de estudiantes que no alcanzan las competencias mínimas requeridas para participar completamente en una sociedad moderna, en contraste con el 31% en los países de la OCDE.

Lectura

En esta materia no se observó una significativa disminución con respecto a 2018 (-4), pero sí en comparación con la del 2015. Una vez más, las mujeres fueron las más afectadas, experimentando una notable caída de 11 puntos en comparación con la medición anterior. Además, se repitió la tendencia vista en matemáticas en cuanto a la reducción de las brechas socioeconómicas. El techo representado por el nivel socioeconómico alto disminuyó considerablemente, creando una mera ilusión óptica. Alarmantemente, un tercio de los estudiantes chilenos no demuestra las competencias básicas de comprensión lectora necesarias para desenvolverse eficazmente en la sociedad actual.

Ciencias

En esta área, Chile, como es habitual, obtuvo un idéntico puntaje respecto a la medición anterior. Es decir, logró mantener el mismo desempeño de los 16 últimos años, nada para sentirse orgullosos, con un tercio de estudiantes que no alcanza el nivel mínimo, versus la OECD que es solo de un 25%.

Chile presenta un rendimiento inferior, retrocediendo al menos 14 años. Seguimos por debajo del promedio de la OCDE, aunque continuamos destacándonos en el contexto latinoamericano en las tres áreas evaluadas. Esta situación ha sido constante tanto antes como después de esta crisis, confirmando lo que las evaluaciones nacionales ya indicaban en otros niveles educativos. Aunque la disminución en los promedios fue menos dramática de lo esperado, nuestro nivel ya era bajo y estaba en declive. Además, la brecha de género se profundiza, ya que las mujeres ya no lideran en Lectura (a diferencia del promedio de la OCDE, donde hay una brecha significativa a su favor). En Matemáticas, los hombres superan a las mujeres por 17 puntos (el doble del promedio de la OCDE), y en Ciencias, la diferencia es de 14 puntos, donde en el conjunto no se observa esa disparidad.

Todavía queda mucho por explorar; es necesario realizar un análisis en profundidad de estos demoledores datos que vaya más allá de las comparaciones. La evaluación imparcial de los resultados entre países con niveles de desarrollo, inversión por estudiante y desigualdades tan heterogéneas es esencial. Este enfoque enriquecerá nuestra comprensión de los factores y variables que influyen en los resultados, tanto desde la perspectiva del estudiante como del contexto sociocultural. Es imperativo llevar a cabo este proceso para fortalecer el plan de reactivación educativa que Chile necesita con urgencia, al igual que el resto del mundo.