Estrategia online, 7/7/2011
Opinión

Propuesta del Gobierno mejora el acceso y la equidad en la educación

Harald Beyer.

El economista del Centro de Estudios Públicos, Harald Beyer, destaca que el Gran Acuerdo Nacional para la Educación (GANE) es una reforma importante, aunque falta afinar detalles en financiamiento y modelo educacional.

—¿Qué opina del anuncio presidencial sobre educación?
—El paquete es relativamente coherente. Lo más relevante se puede clasificar en tres áreas: primero, compromiso real, con fondos, con recursos. Lo segundo tiene que ver con mejora en el acceso y equidad, básicamente a través de nuevos programas que se crean, como la beca para que escolares de buen rendimiento académico ingresen a la universidad, y todo lo que tiene que ver con repensar el crédito. El Crédito con Aval del Estado tiene enormes falencias, que se corrigen parcialmente a través de medidas como el subsidio a la tasa de interés. El tercer gran tema es la propuesta de cambio en la institucionalidad con la creación de la Subsecretaría y la Superintendencia de Educación Superior, y la desburocratización de las universidades estatales, posibilitando que se endeuden a largo plazo.

—Las propuestas ¿van en la dirección correcta?
—Son reformas importantes, que aportan al perfeccionamiento del sistema de educación superior, a su calidad y la equidad. Hay acceso por la vía de incorporar el ranking escolar, hay bastantes más becas y mejor financiamiento. Eso debería quitarles presión a las familias. Adicionalmente, el cambio en la institucionalidad debería mejorar en el futuro el control y la calidad de las políticas públicas en educación superior.

—¿Qué se quedó fuera?
—Me hubiese gustado escuchar cómo va a ser el aporte que haga el Estado a las universidades. Hoy el esquema es mediante Aporte Fiscal Directo (AFD) e Indirecto (AFI), sobre todo el AFD está superado y hay que buscar nuevas formas más eficientes de asignación de los recursos. También me hubiese gustado que se abordara un problema principal de la educación superior, que es el hecho de que las carreras son muy largas, que el sistema está poco articulado y que la formación inicial es muy especializada. Preferiría un modelo donde a los tres o máximo cuatro años, ya se pueda obtener grado académico, o partir en un centro de formación técnica y después estudiar algo en la universidad. Ese es un desafío central de la política de educación superior.

—¿Cómo deberían invertir los planteles los nuevos recursos que les asignará el Estado?
—El gobierno ha anunciado que parte de esos recursos se utilizarán para financiar la rebaja en la tasa de interés del Crédito con Aval del Estado, otra proporción se utilizará para aumentar la subvención en básica y media, que es una forma correcta de usarlos. En cuando a los recursos para las universidades, es fundamental que la entrega sea contra convenio de desempeño, porque la discusión que ha estado en el ambiente es si debiera haber más aportes basales a las universidades estatales y que sea de libre disponibilidad, lo que me parece una mala idea porque los recursos deben asignarse en base a convenios de desempeño.

LUCRO

—Se planteó que las universidades que reconozcan lucro paguen impuestos, y estos recursos financien más becas. ¿Qué le parece?
—En el caso de instituciones con fines de lucro, hay que cobrarles el impuesto habitual que pagan todas las sociedades con ese fin, que este año es de 20%. El destino de esos recursos para becas está bien. Ahora, hay un problema, porque en Chile los impuestos no pueden estar afectos, el gobierno tendrá que tomar un compromiso de honor, porque la Constitución prohíbe que haya impuestos dirigidos.