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Sylvia Eyzaguirre y falta de matrícula escolar: “La crisis se venía anunciando desde el año pasado”

Sylvia Eyzaguirre T..

Sylvia Eyzaguirre y falta de matrícula escolar: “La crisis se venía anunciando desde el año pasado”

La experta en educación e investigadora del CEP firmó una carta con un grupo de especialistas rescatando el Sistema de Admisión Escolar, que según ella, no tiene la culpa por la crisis por falta de cupos para niños. “El problema es la baja oferta de colegios de buena calidad preferidos por los padres. Culpar al SAE de eso es desviar la pelota”, dice.

– Según el Mineduc se habilitaron 8.700 cupos extras para niños sin matrícula, pero la última cifra habla de 880 aún sin colegio. ¿Cómo ha sido el manejo de esta crisis por parte del ministro Nicolás Cataldo?

Por la información que ha entregado el Ministerio un número importante de niños no ha querido aceptar el establecimiento donde hay cupo más cercano a su hogar. No están conformes con la oferta educativa y han optado incluso por no enviar al niño al establecimiento escolar y esperar hasta el próximo año para postular y quedar en un establecimiento de sus preferencias.

Eso claramente no es un problema del sistema de admisión. Y es un problema muy complejo para resolver para el ministro, porque efectivamente el problema que tenemos en Chile es que hay pocos establecimientos de calidad que sean altamente preferidos por los padres.

– ¿Estos niños quedan rezagados y frustrados?

No hay mucho más que se pueda hacer. Más allá de mejorar la calidad de todo el sistema educativo, si a un niño se le ofrece un cupo, los padres deciden no aceptar ese cupo y prefieren optar por no enviarlo al colegio, es un problema que va más allá de las capacidades del ministro. Luego, hay estudiantes que viven en zonas donde no hay más vacantes disponibles para que estudien y eso es un problema serio.

– ¿Se reaccionó tarde?

La crisis se venía anunciando desde el año pasado en comunas como Alto Hospicio, Pozo Almonte, Lampa. Teníamos indicadores que nos hacían ver que este año íbamos a tener problemas de oferta. Este es un problema del Ministerio, de los municipios y de los SLEP que no han podido reaccionar oportunamente a la demanda por establecimientos en lugares donde la oferta no da abasto.

Hubo falta de reacción oportuna, sobre todo teniendo el nuevo sistema de admisión escolar que es centralizado y que permite anticipar estas situaciones. Son casos preocupantes. Tengo entendido que el Ministerio está flexibilizando las normas para que estos niños puedan entrar a establecimientos que si bien están saturados, podrían acogerlos.

Eso es para salvar la coyuntura. Pero creo que es importante que el Ministerio tenga un plan estratégico para el problema de la cobertura escolar. En Chile sobran vacantes en el territorio, pero la distribución de las vacantes no está distribuida de forma igual que responda a la demanda.

– Algunas críticas apuntan al SAE, ¿pero se trata más de bien de un problema de oferta?

El problema que salió a la luz no tiene que ver con el sistema de admisión escolar. Igual estos niños estarían en las mismas condiciones con el antiguo sistema; tal vez serían otros niños, pero sería el mismo número.

Porque con el antiguo sistema -y con este también- cuando un colegio tiene 100 vacantes y postulan mil niños, 900 van a quedar fuera. Y van a quedar frustrados y eso no depende del sistema de admisión. Eso es un tema matemático, y tiene que ver especialmente con la falta de oferta de calidad en el sistema educativo.

– Aparte de la tecnología, ¿cuál es la diferencia entre el sistema anterior y el SAE?

En primer lugar, que el SAE permite visibilizar esto, porque sabemos perfectamente cuántos cupos vacantes hay en Chile, en cada establecimiento, en cada barrio, en cada comuna. Podemos ver cuántos padres postulan a través de este sistema, cuáles son sus preferencias, dónde viven y con eso el sistema te puede exactamente arrojar dónde vas a tener problemas de oferta educativa actualmente.

Este sistema permite visibilizar de mucho mejor forma dónde están los nudos críticos de oferta y demanda versus el antiguo sistema que no era transparente: la información estaba oculta, disgregada y era muy difícil de saber qué estaba pasando. Por lo tanto, creo que el SAE ha permitido visibilizar este problema que antes estaba oculto.

– ¿Cómo evalúas el funcionamiento general del sistema?

El SAE ha funcionado bien, es una plataforma que ofrece muchísima más información que antes a los padres. Es una plataforma que facilita la postulación a múltiples establecimientos escolares. Es una plataforma más democrática porque hace igual las oportunidades de acceso a todos los establecimientos sin discriminaciones arbitrarias. Es una plataforma de fácil uso.

Dicho eso, el problema que tenemos no es la plataforma, sino la extremadamente baja oferta de colegios de buena calidad preferidos por los padres. Ese es el real problema. Culpar al SAE de eso es desviar la pelota.

– ¿Es una herramienta que usan países desarrollados y que va en el camino correcto?

Es una herramienta que se usa en los países desarrollados donde se permite la libertad de elección. Este algoritmo optimiza la preferencia de la familia. En ese sentido estamos junto a los países de máxima vanguardia.

– ¿Qué opinas sobre la polémica por Anótate en la lista y el supuesto cobro por un servicio “premium”?

Cualquier servicio que se ofrezca adicionalmente no puede implicar en absoluto favorecer ni a estudiantes ni a establecimientos escolares. Entiendo que lo que hay es un servicio de gestión de la matrícula.

– ¿Pero hay críticas por la falta de transparencia?

No me parece adecuado que la empresa que ofrece el servicio de la plataforma, que en este sentido es un monopolio, ofrezca servicios de cobro, dado que por tener el monopolio nadie más podría ofrecer ese servicio. Es inadecuado.

En todo caso, lo esencial es no poner en riesgo lo más importante que tiene la plataforma, que es la transparencia, que es la democracia, que es la justicia. Es decir, aquí los todos los niños tienen exactamente las mismas oportunidades. Esos son principios claves que hay que resguardar.

– ¿El sistema de SLEP debe reformarse por completo?

No creo en las reformas absolutas, pero sí creo que a partir de la evidencia los servicios locales de educación exigen una reforma en su arquitectura profunda. Y eso implica no solamente repensar la gobernanza del sistema, sino también incluso su figura jurídica.

Hoy día los servicios locales están sometidos a dos normas en términos del gasto de los recursos fiscales. Por una parte, están sujetos a la ley de subvenciones. Y por otra parte, también están sometidos a las normas de la administración pública y eso ha hecho que sea mucho más lento, mucho más burocrático el manejo de los recursos de los SLEP en comparación con los particulares subvencionados.

– Se ingresó un proyecto de ley. ¿Cuál será su impacto?

El proyecto de ley que fue ingresado hace pocos días al Congreso no aborda estas dimensiones de la educación pública. Creo que avanza en una dirección contraria, creando un comité de Ministros, que es una instancia incluso superior a la Dirección de Educación Pública, con pocas posibilidades de realmente cambiar algo en la gestión de los establecimientos. Me parece que la arquitectura hay que pensarla desde los establecimientos hacia arriba y no al revés.