La Segunda, 4 de febrero de 2014
Opinión

Todos contentos

Leonidas Montes L..

Enero se cerró con un fallo de La Haya que deja a todos contentos. Ciertamente, el veredicto de La Haya no fue completamente ajustado a derecho. La concesión simbólica a partir de las80 millas pareciera obedecer a razones más políticas (o, como se suele argumentar en la diplomacia internacional, salomónicas). No obstante, hay que celebrar la resolución final. A partir de las 80 millasprácticamente no hay pesca y es dudoso que a futuro se pueda encontrar algo a 5.000 metros de profundidad.

Se ha criticado la estrategia de Chile, pero finalmente dio sus frutos. El Perú triunfó obteniendo “un 70% de lo que pedía”. Y nosotros ganamos sentando certeza sobre un tema peliagudo de larga data. Hemos confirmado lo principal, cerrando un tema que no podía seguir abierto. Cuando dos países se sienten ganadores, sólo hay que aplaudir.

Más importante que ese gran trozo de mar que hoy pertenece a Perú es fomentar los lazos comerciales que se han establecido con nuestro vecino. El futuro de Chile, no podemos olvidarlo, va de la mano con la Alianza del Pacífico. Volver la mirada a Brasil, por muy importante y relevante que sea este país, no parece ser lo razonable para Chile. En cambio, mirar y ojalá liderar una alianza con países como Perú, Colombiay México debería ser la estrategia. No en vano en estos países admiran aChile. En términos de políticas públicas, somos un referente para todos ellos. Nos han emulado y valoran los resultados. Lo preocupante es que algunos, como México, ya nos llevan la delantera con las recientes reformas que han implementando.

Es de esperar que la nueva administración no se confunda ante esta disyuntiva: “The west is the best”. Basta ver lo que está sucediendo en Argentina y Venezuela para corroborar dónde debe estar puesta nuestra mirada. El futuro está en el Pacífico, no en el vecindario chavista ni kirchnerista. A estas alturas, y con todo lo que está sucediendo, Argentina y Venezuela son bombas de tiempo.

En el proceso de La Haya, el Presidente Piñera aprendió la lección. Al comienzo de su gobierno se sobregiró con las expectativas, pero ante el incierto fallo de la Corte Internacional de Justicia se sobregiró en sentido contrario. Sólo recordemos la voz quebrada del ministro Chadwick después de la reunión del Cosena. Algo ciertamente casual, pero simbólico, si se vincula con la estrategia que esta vez siguió el Gobierno. En política, bajar las expectativas es mucho mejor que exacerbarlas. Un sabio consejo que ni siquiera Michelle Bachelet, con todo el poder y popularidad que tenía, supo aplicar durante la campaña. Si no hay necesidad de promesas profundas y grandilocuentes: o bien se nos viene la aplanadora, o se generaron expectativas innecesarias. Prefiero creer en lo segundo.

Quizá algunos no quedaron contentos con el nuevo gabinete, pero hay que reconocer que al final también todos quedaron contentos. Es una mezcla interesante. Y nuevamente se le abre una ventana de protagonismo y liderazgo al futuro ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. Con su experiencia, habilidad política, simpatía y ese carácter tan “al pan, pan; y al vino, vino”, se proyecta como una figura relevante para el futuro gabinete. Enfrenta el ministerio más difícil, pero tiene los atributos para lograr llevar adelante la reforma más importante para Chile. Será clave cómo se relaciona con los universitarios (o cómo se desmarca de ellos). Porque es evidente que el foco no debe estar en los universitarios, sino en la educación preescolar, primaria y secundaria. Los niños no marchan en las calles, pero son el futuro.

Ahí está el desafío de Chile. Una educación pública digna debería ser elleitmotiv del próximo gobierno. Bachelet tiene la oportunidad de cambiar la educación. Es una tarea que venimos postergando hace mucho tiempo. Año tras año, el informe de competitividad del World Economic Forum nos sitúa en un lugar vergonzoso en educación. Todos lo sabemos, es el momento de actuar. Ojalá el de Bachelet sea el gobierno de la educación. Es una demanda de oportunidades que dejaría a todos contentos.