Finalmente una buena noticia después de 12 años de mediciones comparables en el Simce que se negaban a mostrar cambios significativos en los desempeños de los estudiantes chilenos. En lenguaje de cuarto básico hay un pequeño salto significativo que debe valorarse y que sugiere que podemos ser más exigentes con los desempeños de los establecimientos de lo que hemos sido hasta ahora. No debemos dejar, entonces, que se instale la idea de que debemos esperar mucho tiempo para que suban los desempeños de nuestros niños y jóvenes. Claro que no sabemos mucho qué provocó este cambio, sobre todo teniendo en cuenta que ocurrió especialmente por un alza en el desempeño de las niñas de cuarto básico. Y es importante entender bien por qué se producen estos cambios, de modo de consolidarlos y no volver atrás.
Pero una golondrina no hace verano. Los resultados siguen siendo insuficientes y en matemática de cuarto básico ellos no mejoran. Además, las brechas entre particulares pagados y municipales en esta disciplina que hace doce años alcanzaban a 53 puntos llegaron en la medición de 2008 a 70 puntos. En segundo medio tampoco se registran avances y los resultados se mantienen estables desde 1998 y las brechas son aún mayores que en cuarto básico. Hay, entonces, todavía mucho que hacer, en particular lograr una cultura educativa orientada hacia el logro de elevados aprendizajes. Nuestras políticas e instituciones educativas contribuyen todavía muy poco a desarrollar esa cultura.
Para avanzar en este propósito es bueno aprender de los establecimientos que educan a niños y jóvenes de pocos recursos y que obtienen altos puntajes en el Simce. ¿Por qué esas prácticas no se generalizan? ¿Por qué algo que es tan habitual en otras actividades, no se replica en educación escolar? Hay seguramente diversas causas, pero hay algunas que parecen pesar más que otras. Dos en especial que pueden ser caras de una misma moneda. Por una parte, no parece pasar nada si los desempeños son deficientes y tampoco se reconocen adecuadamente los rendimientos sobresalientes. Por otra, tampoco se apoya suficiente a los establecimientos para que progresen. Sin un buen equilibrio entre exigencia y apoyo los progresos son muy difíciles.