La Segunda, 11 de septiembre de 2012
Opinión

Y le seguimos pegando a la Casen

Leonidas Montes L..

Lo que sigue es parte de una columna de opinión escrita cuando aparecieron los resultados de la Casen 2006. Su tono conciliador nos recuerda que no es la primera vez que nuestra medición de la pobreza genera polémica:

“Siguiendo la lógica del todo vale para llegar al poder, la derecha ha decidido poner en duda la validez de los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) dados a conocer recientemente. Esto causa un gran daño al país y le pesará a la oposición si algún día llega a gobernar.

La Casen muestra que, entre 1987 y 2006, la fracción de chilenos que vive bajo la línea de la pobreza cayó desde un 45,1 a un 13,7%. Se pueden contar con los dedos de una mano las experiencias mundiales con una reducción de la pobreza de esta magnitud en menos de dos décadas.

En materia distributiva, la Casen 2006 también trajo buenas noticias… La reducción de la pobreza de las últimas décadas es algo de lo cual podemos enorgullecernos todos… Pero haber tenido una dinámica política sana y constructiva también ha sido importante, y aquí el rol de la oposición no se puede ignorar. Los países que logran este tipo de éxitos requieren acuerdos, explícitos o implícitos, entre amplios sectores de la población, y aunque no se ha notado en meses recientes, lo cierto es que dicho acuerdo ha estado presente desde 1990.

El actual gobierno ha propuesto una serie de reformas que apuntan a lograr este objetivo. La oposición puede apoyar o perfeccionar algunas de estas reformas, al mismo tiempo que propone alternativas que a su juicio serían más efectivas. Esa es la dinámica democrática que beneficia al país. Negar los avances logrados en reducción de la pobreza, en cambio, no sirve de nada.”
(“La Casen: Pasado, Presente y Futuro”, Eduardo Engel, junio 2006)

Cuando los resultados de la Casen han sido nuevamente objeto de un acalorado debate, parece pertinente recordar esta columna de Engel con su claro sentido republicano. La discusión naturalmente es partedel juego democrático y también político. Pero nunca antes las críticas habían llegado al Financial Times, donde tanto Eduardo Engel comoel candidato Andrés Velasco realizaron durísimas acusaciones.

Hoy finaliza el Chile Day en Londres. ¿Aparecerá algún inversionista inglés preguntando por qué el Financial Times nos compara, a raíz de esta discusión, con Argentina? Confieso que ese espíritu republicano que muchos compartimos toca mi orgullo de chileno.

Chile tiene economistas de primer nivel. Entre los grandes a nivel mundial destacan Caballero, Edwards, Corbo, De Gregorio, Larraín, Schmidt-Hebbel, Stacchetti, Engel y Velasco. Estos dos últimos —y separo al economista del candidato— han promovido la discusión acerca de la Casen con inusitada intensidad. Es cierto que el Gobierno cometió errores. Pero también es cierto que históricamente ha habido cambios (sólo pregúntese por qué, justo después de la crisis asiática, Lagos decidió realizar la encuesta cada tres años en vez de dos) y también errores. Es más, sólo basta releer la columna de Engel para recordar otras celebraciones y críticas políticas ante nuestra sostenida baja de pobreza. Pero para la derecha todo esto parece ser imperdonable. Más aún si se trata de la pobreza.

Este debate se inició con un seminario en el CEP. En seguida emergió, ante las dudas planteadas por el candidato Andrés Velasco y el economista Dante Contreras, una declaración pública donde 30 destacados economistas exigieron la aclaración de cinco puntos. Personalmente, dudo que haya existido manipulación de datos comoalgunos parecen suponer o incluso desear. Pero sí creo que sería irresponsable que los 30 economistas no se manifestaran sobre las cinco preguntas técnicas que generaron un manto de dudas sobre este valioso instrumento y su institucionalidad.

Echo de menos otra columna de Engel como “La Casen: pasado, presente y futuro”. Quizá sería algo idealista pedir ese sentido conciliador y republicano de antaño. Tal vez sería demasiado ingenuo añorar el llamado final de su columna (“negar los avances logrados en reducción de la pobreza, en cambio, no sirve de nada”). Pero una vez aclarado el pasado y el presente de este desafortunado debate, sería un aporte que un economista chileno de la talla de Eduardo Engel se refiriera a nuestros desafíos de futuro en términos de pobreza. Mal que mal, si nos ponemos bien rigurosos en lo técnico, estadísticamente la pobreza se mantiene constante desde el año 2006.