La Segunda, 30 de mayo de 2017
Opinión

Adopción homoparental

Sylvia Eyzaguirre T..

La pregunta relevante acá es si es mejor para un niño crecer abandonado en un hogar de acogida o en una familia homosexual.

El debate sobre la adopción homoparental se ha desarrollado en torno a preguntas equivocadas. Por lo general, a la hora de debatir sobre este asunto la primera pregunta que se plantea es si las parejas homosexuales tienen los mismos derechos que las parejas heterosexuales respecto de la adopción de niños. Según la encuesta CEP (2011), sobre el 60 por ciento de los encuestados considera que las parejas homosexuales no tienen el mismo derecho a adoptar que una pareja heterosexual. ¿Significa que se oponen a la adopción homosexual? No necesariamente. En la misma encuesta, un 37 por ciento considera que un hombre heterosexual solo no debe tener el mismo derecho a adoptar que una mujer heterosexual sola, pero de ello no se sigue que se oponga a la adopción de hombres solos, sino únicamente que las mujeres solas deberían tener prioridad frente a ellos. Es importante distinguir entre igualdad de derechos y tener simplemente derecho. En el caso de Chile, no se está discutiendo todavía si parejas homosexuales deberían tener prioridad o igualdad de condiciones frente a parejas heterosexuales. Lo que está en discusión es si tienen o no derecho a adoptar.

Pero preguntarnos por el derecho a adoptar de las parejas homosexuales nos ha llevado a focalizar el debate en los derechos de los homosexuales y desatender lo fundamental: los derechos de los niños. Sin querer deslegitimar la pregunta por los derechos de los homosexuales, la principal preocupación del Estado en el caso de la adopción debe ser velar por el bienestar de los niños. Y aquí nuevamente cometemos un error cuando concentramos la discusión en el siguiente punto: si es mejor para los niños crecer en familias heterosexuales u homosexuales. La pregunta yerra el foco, pues todavía no está en discusión si las parejas homosexuales son mejores o iguales que las parejas heterosexuales en lo que respecta a la crianza de los niños. La pregunta relevante acá es si es mejor para un niño crecer abandonado en un hogar de acogida o en una familia homosexual. Y este punto, crucial para la toma de posición, ha estado prácticamente ausente del debate.

Hoy, cientos de niños crecen en hogares de acogida, abandonados, sin cariño y donde muchas veces son maltratados y abusados. ¿Es preferible que un niño crezca en estas condiciones a crecer en una familia homosexual? Esta es la pregunta que hoy nos convoca. Personalmente, dudo que en Chile exista una persona que prefiera el orfanato a una familia, independientemente de su composición. Establecer esto como punto de partida es una ganancia, que permite avanzar en la discusión sobre los criterios para establecer prioridades entre quienes desean adoptar.