El Mercurio
Entrevistas
Proceso constitucional

Aldo Mascareño: «Aquella campaña que entregue información más clara es la que podría tener éxito»

Aldo Mascareño.

Aldo Mascareño: «Aquella campaña que entregue información más clara es la que podría tener éxito»

Resultados arrojan que tanto votantes del A favor como del En contra cuentan con argumentos «sustantivos». Los indecisos demuestran falta de información o rechazo a la política.

Nuevos datos publicó el Centro de Estudios Públicos sobre la encuesta de opinión que realizó el organismo y que midió la opinión de los chilenos frente al plebiscito. Entre el 24 de septiembre y el 2 de noviembre de 2023 consultaron a los encuestados cuál sería su voto el próximo 17 de diciembre, lo que fue publicado el mes pasado, pero posteriormente a aquello procesaron 1.500 respuestas abiertas habladas y establecieron distinciones entre los grupos de votantes, con las que construyeron un análisis cualitativo que se publicó recientemente.

El estudio reveló que los votantes del A favor tienen argumentos positivos y se centran en la necesidad de cambios, mientras que los del En contra comparten fuertes razones sustantivas y un rechazo por la política como un todo. En cuanto a los indecisos, construyen «su discurso con base en la falta de información sobre el proceso y el rechazo a la política», dice el estudio.

Los datos que entregó la encuesta originalmente expresaban entonces que quienes votarían por la opción A favor representaban el 8%, aquellos que se inclinaron por el En contra alcanzaban el 30% y los indecisos, el grupo de mayor densidad, llegaba al 53%. El 9% restante correspondía a los individuos que no sabían o no contestaron la pregunta.

Según el estudio, los votantes del En contra, ya «sea por información propia o de terceros, un primer grupo de partidarios de esta opción muestra conocimiento de los contenidos y, por tanto, un rechazo reflexivo hacia ellos con base en principios normativos generales como la igualdad, los derechos sociales y humanos, los recursos naturales o el riesgo de desinstitucionalización de las tres causales de aborto, entre otros». Además, existe «otro grupo que tiene cierta desafección política en general y está en contra no solo porque estén en contra de la Constitución, sino porque están en contra de la política institucional en general», tal como asegura Aldo Mascareño, uno de los autores del estudio. Por su parte, las respuestas de los adherentes del A favor, pese a «su menor densidad», cuentan con un contenido «rico en formulaciones justificatorias normativamente fundadas», que, de acuerdo con Mascareño y los dos investigadores Juan Rozas y Sebastián Izquierdo, «tienen un carácter positivo centrado en la necesidad de un cambio que incremente la calidad de vida en ámbitos distintos». También se evidencian razones adversariales de «oposición a algún actor, proceso o entidad, pero son secundarias en relación con las primeras».

De esta forma, concluyen que ambas opciones reflejan argumentos sustantivos «que justifican sus opciones de manera reflexiva y normativamente fundada». Mascareño agrega que las personas a las que entrevistaron durante octubre «ya daban buenas razones», aun cuando en ese entonces no existía un texto constitucional terminado.

En cuanto a los indecisos, una mayoría en el estudio, la investigación establece que están en esa situación debido a dos motivos: la falta de información y el rechazo a la política institucional. Respecto a los primeros, Mascareño plantea que el que se inclinen por una postura depende más de la entrega de información que de «convencer por eslogan, imágenes chocantes o por razones exageradas». El investigador del Centro de Estudios Públicos advierte que «si las campañas entregan información genuina y bien razonada, la gente entiende. (… ) En general, subvaloramos la capacidad de las personas de poder decidir por sí mismas».

Respecto al tipo de indecisos que declaran falta de información, Mascareño sostiene que «aún pueden moverse, es probable que se muevan hacia el A favor o hacia el En contra, y ahí depende de cuánto los interpelen las campañas. El que es más difícil que se mueva hacia un lado o hacia el otro es el que rechaza la política, y ese seguramente es alguien a quien no le importa, no le interesa, va a ir a votar obligado, porque la votación es obligatoria, puede ser que anule, que vote en blanco. Pero todavía hay un grupo de indecisos que se va a inclinar».

En esta misma línea, Mascareño asegura que «aquella campaña que entregue una información más clara de sus razones por las cuales votar A favor o votar En contra es la que podría tener éxito».

Además, plantean que entre los indecisos hay dos variables que influyen en la decisión final: estar en contra del Gobierno o a favor del aborto en tres causales. Mascareño explica que en este grupo «hay un predominio de personas que están en contra del Gobierno». Cruzaron los datos de la cantidad de indecisos con los obtenidos en una pregunta respecto a estar A favor, En contra o ser indiferente al Gobierno. «Lo que obtuvimos de eso es que buena parte de la gente que está indecisa es contraria al Gobierno», asegura el investigador.

Otra pregunta con la que cruzaron datos fue la de apoyar o no el aborto en tres causales, una interrogante que han hecho regularmente en la Encuesta CEP desde hace varios años, según Mascareño, quien cuenta que con esos resultados descubrieron que existe una «buena parte de los indecisos que apoya las tres causales de aborto», y que en este conjunto «sienten más cercano el riesgo de que un A favor en la Constitución se pueda transformar después en un problema con las tres causales».