La Tercera, 6 de enero de 2019
Opinión
Migración

Átomos y prejuicios a propósito de la inmigración

Josefa Aguirre, Nicolás Blanco A., Sylvia Eyzaguirre T..

A través de un análisis de diferencias observamos que una mayor concentración de niños inmigrantes no ha afectado el rendimiento académico de los estudiantes chilenos, mientras que sí ha beneficiado el rendimiento de los inmigrantes.

La inmigración como fenómeno político es algo nuevo en nuestro país.

Ello se debe al exponencial aumento de la población inmigrante en los últimos años.

Mientras en 2006 estos no representaban más del 1 por ciento de la población total, en 2015 pasaron a ser el 2,7 por ciento y en 2017 el 4,5. ¡Solo entre 2015 y 2017 los extranjeros viviendo en Chile crecieron en 67 por ciento! Si bien este 4,5 por ciento está por sobre el promedio mundial (3,4%), aún se encuentra muy por debajo del promedio de los países desarrollados (11,6%) (ONU, 2017). Con todo, la población inmigrante ha tendido a concentrarse en el norte del país y en la Región Metropolitana, con cifras que en algunas regiones alcanzan los dos dígitos (Tarapacá y Antofagasta). Este rápido incremento de los inmigrantes en determinadas zonas geográficas puede ser un caldo de cultivo para el surgimiento de prejuicios, que alteren la convivencia, y de políticos populistas que se aprovechan de dichos prejuicios. “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción” (Bolívar), de ahí la importancia de nutrir el debate con evidencia que permita derribar mitos y reconocer los problemas a tiempo.

En educación escolar existe el prejuicio de que los niños y jóvenes inmigrantes pueden perjudicar el proceso de aprendizaje de los estudiantes locales, ya sea porque la diversidad cultural perjudica el clima de convivencia escolar o porque el retraso escolar con que llegarían estos niños obligaría a los docentes a bajar el ritmo de las clases y desatender a los estudiantes chilenos.

¿Tienen estos juicios asidero o son solo prejuicios? Con Josefa Aguirre y Nicolás Blanco intentamos averiguar cómo los escolares inmigrantes están impactando el sistema escolar. En primer lugar, advertimos que, en general, el sistema escolar no ha tenido problema en dar acceso a la educación escolar a los niños y jóvenes inmigrantes, dada su alta capacidad ociosa. Segundo, observamos que los inmigrantes se concentran en pocos establecimientos escolares (3% de los establecimientos concentra a 50% de los inmigrantes). Estos establecimientos son, en su gran mayoría, municipales y gratuitos, tienen alto índice de vulnerabilidad y bajo promedio Simce. Tercero, analizando el rendimiento escolar notamos que a los inmigrantes les va peor que a los escolares chilenos. En promedio, las notas y el puntaje Simce de los chilenos son superiores a los de los inmigrantes; sin embargo, los inmigrantes que llevan cuatro años o más en Chile obtienen puntajes Simce superiores a los chilenos. Ahora bien, cuando aislamos el efecto “colegio” y comparamos los promedios de notas y del Simce de los inmigrantes con los de sus compañeros de colegio chilenos, advertimos que las brechas de las notas se reducen significativamente y prácticamente desaparecen en la enseñanza media, mientras que las brechas en el Simce se revierten en favor de los inmigrantes.

Finalmente, intentamos averiguar si la concentración de estudiantes inmigrantes está afectando el rendimiento académico de los estudiantes chilenos y el clima de convivencia escolar en los colegio. A través de un análisis de diferencias observamos que una mayor concentración de niños inmigrantes no ha afectado el rendimiento académico de los estudiantes chilenos, mientras que sí ha beneficiado el rendimiento de los inmigrantes. Además, se observa una mejora en los indicadores de clima de convivencia escolar en 2° medio en los establecimientos que han recibido más inmigrantes.

Estos resultados son todavía muy preliminares, pero resultan promisorios.

Einstein decía que “es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Puede que tenga razón, pero al menos vale la pena intentarlo, y el arma para ello es la evidencia.