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¿Democracia en peligro? Una mirada a su baja valoración en la zona centro sur

Mauricio Salgado O., Juan Rozas.

¿Democracia en peligro? Una mirada a su baja valoración en la zona centro sur

La desafección con la democracia es un problema grave, ya que puede abrir la puerta a soluciones autoritarias, impulsos posdemocráticos y líderes populistas.

La democracia en Chile enfrenta un desafío importante: la alta desafección hacia ella se agudiza en regiones, especialmente en la macrozona centro-sur del país, que agrupa a las regiones de O’Higgins, Maule, Ñuble y Bio Bío. Los resultados de la última encuesta CEP muestran que a nivel nacional solo un 49% de los encuestados está a favor del enunciado “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno” y uno de cada cuatro está de acuerdo con la frase “A la gente como uno le da lo mismo un régimen democrático que uno autoritario.” Pero en la zona centro-sur apenas un 37% de los encuestados cree que la democracia es la mejor forma de gobierno, mientras que más de un tercio es indiferente frente a un régimen democrático o uno autoritario. ¿Qué explica esta baja valoración democrática en la macrozona centro-sur?

En primer lugar, los problemas de centralismo histórico que han caracterizado a Chile podrían estar detrás de estas diferencias. La heterogeneidad de las experiencias locales se traduce en diferencias en las valoraciones sustantivas que hacemos de la democracia. En este sentido, los fenómenos ligados al modo en que territorialmente se despliega la democracia podrían explicar su menor valoración en las regiones. En efecto, la encuesta CEP muestra que son los encuestados de la Región Metropolitana –donde se concentra el poder político y económico del país– quienes más valoran la democracia: un 54% de ellos está de acuerdo con que la democracia es la mejor forma de gobierno.

En segundo lugar, procesos comunicativos y culturales también son factores clave para explicar estas diferencias. La agenda noticiosa del país está frecuentemente copada por los devenires de la Región Metropolitana, el conflicto mapuche en la Araucanía y los problemas de seguridad fronteriza en el norte. Salvo por los dramáticos incendios forestales que la golpean en el período estival, poco se comunica sobre la zona centro-sur del país. Además, se trata de áreas geográficas principalmente agrícolas, en que la institución del inquilinaje se mantuvo sin mayores cambios desde la Colonia hasta mediados del siglo XX. El término de esta institución estuvo marcado por las experiencias traumáticas de la reforma agraria y la durísima represión posterior durante los primeros años de la dictadura. Inercias culturales ligadas al inquilinaje y el trauma de su final pueden también explicar esta baja valoración democrática en la macrozona centro-sur.

La desafección con la democracia es un problema grave, ya que puede abrir la puerta a soluciones autoritarias, impulsos posdemocráticos y líderes populistas. Por eso es fundamental pensar en la complejidad actual de la democracia y en las distintas formas en que esta procesa las incertidumbres cotidianas que se viven en las regiones. El riesgo de la baja valoración democrática es convertir este logro civilizatorio en algo prescindible y reemplazable. Fortalecer la democracia implica no solo una mayor equidad en la distribución del poder político y económico; también pasa por incorporar reflexivamente a su funcionamiento las dinámicas históricas y culturales de los contextos locales.