Cuando se trata de especulación, cualquier alternativa que prometa resolución sirve. Esa probablemente sea la mayor fake news posestallido: creer que el futuro puede ser seguro.
En su sugerente libro “Speculative Communities” (2022), el sociólogo Aris Komporozos propone que la lógica especulativa de las finanzas se ha expandido hacia la política contemporánea. En las finanzas, la operación especulativa forma contratos a futuro sobre la probabilidad de un precio. Se empaquetan en instrumentos sintéticos, se aseguran y reaseguran. Esto controla la incertidumbre del futuro por medio de la incertidumbre de la especulación presente. En la crisis subprime, el mecanismo falló estrepitosamente. Nuevas regulaciones de liquidez y supervisiones lo han hecho más estable, pero en tiempos complejos la seguridad es un autoengaño.
La especulación en la política contemporánea, en tanto, supone controlar el desorden de la política democrática institucional mediante la especulación con alternativas que surgen en los márgenes, o directamente fuera de la institucionalidad. Desde el estallido, la deriva política de Chile tiene mucho de esto.
El estallido mismo supuso una especulación explícita con el uso de la violencia como instrumento político. La “primera línea”, el “matapacos”, “el que baila pasa”, fueron símbolos de esta especulación. En la Convención, la ciudadanía especuló con independientes al margen de partidos para guiar el proceso constitucional. Con los retiros, el Congreso tensó sus atribuciones legales para poner en jaque la economía y el sistema de pensiones. El recién elegido gobierno especuló con el triunfo del Apruebo y esperó seis meses para iniciar su programa. Y la mayoría de izquierda de la Convención especuló con la política de amigos y enemigos asegurando que se bastaba a sí misma para lograr hegemonía. Estas especulaciones perdieron con un 62% de rechazo.
Pero la lógica de la especulación continuó. Ya que los independientes habían fallado, el favor había que entregarlo a los partidos “anti-algo”: anti-élite, anti-política, anti-inmigración, anti-plurinacionalidad, anti-partidos. El PDG salió favorecido en 2022 y Republicanos sorprendió con su votación en el Consejo Constitucional en 2023. Los especuladores del primer proceso clamaban ahora por la racionalidad de acuerdos transversales; los especuladores del segundo aseguraban que la política adversarial permitiría ganar la “batalla cultural”. Estas especulaciones perdieron con un 56% en contra.
Las elecciones municipales anuncian el regreso del ciclo especulativo hacia los independientes y, probablemente, hacia el Partido Social Cristiano. Cuando se trata de especulación, cualquier alternativa que prometa resolución sirve. Esa probablemente sea la mayor fake news posestallido: creer que el futuro puede ser seguro.
El estallido inauguró la era de la especulación en la política chilena. La única forma de contenerla es reformando el sistema y estableciendo “reservas de liquidez” a los especuladores políticos: 5%, control de pactos, subpactos y discolaje, entre otros. Por ahora, las especulaciones no han tenido éxito final, pero sí triunfos parciales. Sería bueno cerrar el casino antes de que caiga la medianoche.