La Tercera
Opinión
Proceso constitucional

Este domingo hay mucho en juego

Sebastián Izquierdo R..

Este domingo hay mucho en juego

Hay mucho en juego. Por un lado, es la última oportunidad en el corto plazo para elegir un órgano redactor que permita cerrar este capítulo. Por otro, se está escribiendo la dirección del país.

La elección de los 50 consejeros constitucionales tendrá un impacto decisivo en el proceso constituyente, pues definirá el rumbo del trabajo de los expertos y determinará la fuerza de los 3/5 capaz de generar un pacto entre la élite política y la ciudadanía. Este ejercicio inyectará más legitimidad democrática al proceso y tendrá consecuencias inmediatas en la dirección del país. Entregará una lectura del rumbo chileno, como lo hizo el plebiscito en septiembre, donde la irrupción de un nuevo elector con baja adhesión política dio una contundente victoria al “Rechazo” -que al desechar la propuesta ajustó el programa gubernamental y reorganizó la clase política.

La participación será menor a los 13 millones de votantes de la última elección. La “fatiga constitucional” y la búsqueda de respuestas a las necesidades cotidianas podrían explicar esta disminución. Pero si más de un tercio de los votantes se abstienen con una alta cantidad de votos nulos o en blanco, gran parte de la clase política sufrirá las consecuencias. Además, habrán fracasado en revertir el desinterés, por lo que recobraría sentido la tesis de haber requerido un plebiscito de entrada, y aumentaría la tensión entre cerrar el capítulo y lidiar con las urgencias diarias.

En toda elección son las fuerzas políticas las que determinan el resultado. En el caso de la próxima, las reñidas campañas del plebiscito pasado marcaron las primeras líneas electorales. Los partidos que optaron por aprobar el proyecto de Constitución sin condiciones, hoy conforman la lista Unidad para Chile; los que se inclinaron por aprobar para reformar, compiten en el pacto Todo por Chile; la derecha, antes unida por el Rechazo, ahora se agrupa entre la lista Chile Seguro y el Partido Republicano; y el PDG va por su cuenta.

¿Quién obtendrá la mayoría? Para que la oposición tenga éxito, no basta con que Republicanos comprenda que su adversario está frente a ellos, pues también pende del tamaño de la mascada del PDG con su capacidad para fomentar un sentimiento anti-partido tradicional, como lo ha intentado en su campaña. Si la votación del PDG es alta, la brecha de votos con el oficialismo será insalvable y surgirá un nuevo rival para la derecha: Parisi. Con consecuencias al frente también, ya que la estrategia del PDG de sumar a Jiles podría atraer a los frustrados del Frente Amplio, eclipsando parte del posible éxito del PC con Unidad para Chile. Para que la izquierda gane, debe desvincularse de la baja aprobación del gobierno. Si logra la mayoría, una de sus dos facciones podría apropiarse de la victoria y, con ella, intentar resucitar o enterrar el programa del Ejecutivo.

Hay mucho en juego. Por un lado, es la última oportunidad en el corto plazo para elegir un órgano redactor que permita cerrar este capítulo. Por otro, se está escribiendo la dirección del país. Pase lo que pase, es importante que las fuerzas políticas se sumen a la construcción de la nueva Constitución y a las otras agendas urgentes. Aún hay esperanza. Todo dependerá de la participación y del voto informado.