t13.cl/blog, 14 de abril de 2015
Opinión

Introducción a la Economía no basta

Raphael Bergoeing Vela.

Por dos razones nuestros desafíos económicos son hoy más complejos que en el pasado. Porque el mundo ha cambiado, y porque mientras más cerca estamos del desarrollo, más diversas y específicas son las cuestiones por resolver.

Durante los últimos años, las protestas contra el modelo económico se han hecho más frecuentes y masivas. La manifestación de descontento más evidente se ha dirigido hacia el mercado financiero, por el desempleo que generó la crisis subprime, pero también por lo que se percibe es una distribución injusta de las ganancias y pérdidas durante el ciclo económico. En todas partes se pide conciliar el legítimo interés por crecer con una mayor exigencia de igualdad.

Y Chile no es la excepción. Nuestros éxitos macroeconómicos, representados por un Banco Central autónomo y creíble y una política fiscal equilibrada, nos entregaron la estabilidad agregada necesaria para superar a la región, pero son cientos de detalles microeconómicos que reducen nuestra eficiencia, los que nos separan de Suiza, Irlanda o Canadá.

El avance económico en estas últimas décadas redujo significativamente la pobreza. Así, surgió una clase media más amplia, empoderada e impaciente, que le impone al sistema nuevos desafíos. Se necesita más eficiencia para crecer, pero también más equilibrio de poderes, para que este crecimiento sea sustentable.

Por ejemplo, ¿cuán importante es la sindicalización para asegurar una relación balanceada entre trabajadores y la empresa? ¿Y cómo se relaciona esto con el nivel de legitimidad del modelo económico? ¿Qué características debe tener una ley de subcontratación en una economía en la que las personas se cambian de trabajo cada 3 años en promedio, y no cada 12, como ocurría durante los años 60?, ¿y en un contexto en el que jóvenes y mujeres necesitan trabajar jornadas parciales, y desde sus propias casas? Hoy, incluso la definición de firma es un asunto no trivial. ¿Sabía usted, por ejemplo, que el iPod de Apple no es hecho por Apple? Esta empresa subcontrata en Estados Unidos y en varias decenas más de países la totalidad de su manufactura, que involucra 451 partes distintas.

Estos desafíos exigen complementar dos aspectos, en principio contradictorios, del conocimiento: la especialización y la interdisciplinariedad.

Lamentablemente, todavía es común que el debate local se estructure desde la mirada de técnicos que, desde el sentido común y la defensa de ciertos principios básicos, intentan asumir estas complejas cuestiones. Pero el curso de introducción a la economía ya no basta.

Por ejemplo, la teoría de juegos, la economía del comportamiento, el diseño de mecanismos y la organización industrial, son imprescindibles para construir políticas efectivas. Sólo con un profundo dominio de estas materias es posible entender por qué la licitación de afiliados a las AFPs redujo varias veces el costo de administración de los fondos previsionales; por qué la concentración en el negocio del retail no es necesariamente una muestra de falta de competencia; por qué y cómo, una mayor flexibilidad laboral puede favorecer simultáneamente a todos los trabajadores, empleados y desempleados.

Pero la economía, incluso la especializada, tampoco basta. La contribución de las ciencias políticas, la sociología y psicología, y otras disciplinas que estudian el comportamiento humano, es igualmente necesaria.

En este contexto, la Comisión Asesora Presidencial contra los conflictos de interés, el tráfico de influencias y la corrupción, recientemente creada por la Presidenta Bachelet, es hecho positivo. Esta comisión es presidida por un economista que conoce bien estas materias, pero está además integrada por expertos que saben y piensan desde lugares y conocimientos muy diversos.

Al diseñar políticas públicas, la transversalidad de la mirada interdisciplinaria, sumada a la especialización profunda de cada disciplina, permitirán que Chile sea un mejor país.