- El derecho a la información es una garantía básica para la libre elección del consumidor, elemento fundamental en una sana economía de mercado.
- El ideal es que el proveedor compita no sólo ofreciendo mejor calidad y menor precio, sino también mejorando la cantidad y calidad de información que entrega sobre su producto o servicio.
- Este derecho debería estar consagrado en forma general en nuestra legislación comercial, junto con los mecanismos adecuados para ejercerlo.
- El Estado debe actuar en forma subsidiaria, investigando y difundiendo información en aquellas áreas en que sea insuficiente, y destinada a quienes no tienen posibilidades de acceso a ella, ya que se trata de un verdadero subsidio.
- Los propios proveedores y consumidores deben crear instancias para resolver sus conflictos en forma armónica. Cuando se requiera intervención judicial, ésta debe ser rápida, sencilla y especializada.
- El proyecto de ley del Gobierno sobre protección al consumidor consagra los principios básicos del derecho a la información en materia de comercio de bienes y servicios, pero debería integrarse a la legislación comercial actualmente vigente, estableciendo principios de aplicación general.