«El valor de la simpatía política mutua. Pragmatismo y convicción en la Comisión Experta» sostiene que la simpatía política mutua se sustenta en una combinación de pragmatismo y convicción reflexiva que permitió a los miembros de la Comisión realizar negociaciones y acuerdos sin renunciar a sus fundamentos doctrinarios.
- La Comisión Experta hizo entrega del anteproyecto constitucional el 7 de junio de 2023 al Consejo Constitucional. Este fue valorado por diversos sectores políticos y también por variados agentes corporativos. El contraste con la Convención Constitucional, tanto en la
forma de trabajo de la Comisión como en el resultado, marcaron su rendimiento. La pregunta es qué hizo la diferencia. - Por medio del análisis de datos del algoritmo nominate, que clasifica a los miembros de un foro de acuerdo a su conducta en votaciones, en este artículo argumentamos que la práctica política de la Comisión Experta estuvo caracterizada por lo que denominamos simpatía política
mutua, construida en base al concepto de sympathy de Adam Smith. Sostenemos que esta simpatía política mutua se sustenta en una combinación de pragmatismo y convicción reflexiva que permitió a los miembros de la Comisión realizar negociaciones y acuerdos sin renunciar a sus fundamentos doctrinarios. - Los resultados muestran que la actitud de convicción fue fundamental para sustentar la coherencia de los grupos políticos de izquierda y derecha que se aprecian en la dimensión uno de los resultados nominate. Asimismo, dos tipos de pragmatismo, uno activo y otro prudencial, fueron centrales para explorar negociaciones y acuerdos. Ambas actitudes, convicción y pragmatismo, son el fundamento de la simpatía política mutua: solo con convicción no hay negociación, solo con pragmatismo no hay coherencia constitucional. Estas
actitudes se observan en las votaciones divididas de la Comisión Experta y se expresan en los posicionamientos diferenciados en la dimensión dos de los resultados nominate. - El artículo concluye que la simpatía política mutua, basada en actitudes de convicción reflexiva y pragmatismo, promueve un horizonte común en el que, sin embargo, cada miembro de un foro político puede mantener sus convicciones por separado —un modus vivendi consensuado, pero abierto a la diferencia y el disenso. La pregunta que se abre es si el Consejo Constitucional logrará lo mismo.
