El Mercurio, 24 de noviembre de 2013
Opinión

Jóvenes pensando Chile

Sergio Urzúa.

Corre mayo de 2013. Son las 7 pm y no cabe un alfiler en la sala de seminarios. Tres ex dirigentes estudiantiles de izquierda exponen su visión de país. Ninguno supera los 26 años, pero su manejo en el debate no se condice con su juventud: los tres son articulados, rápidos, inteligentes. Juegan de memoria. Exponen con una soberbia propia de experimentados emprendedores políticos, y si bien no comparto sus ideas y la falta de sustento empírico de sus planteamientos es evidente, reconozco en el discurso una articulación muy bien pensada.

El nivel de la discusión me hace reflexionar sobre las dificultades que tendría el resto del espectro político para sentar a alguien con la misma juventud y preparación en la testera. Trato de identificar gente de otros sectores en la sala. Casi no hay gente de derecha, ni jóvenes ni viejos. ¿Dónde están? ¿Tanto desinterés? Como sea, desilusiona. El debate termina con aplausos. El resto es historia: Los tres expositores se presentaron al Congreso, y dos fueron elegidos diputados. En la Cámara los acompañarán otros dos ex dirigentes sub 30.

Nadie duda de que las temáticas levantadas por estos jóvenes moldearon la discusión política en el último tiempo y que serán voces influyentes en el Congreso. Pero, ¿cómo surgieron? Ellos son el más reciente y exitoso producto de la larga lista de dirigentes estudiantiles de izquierda. Tuvieron la fortuna de estar en el lugar correcto en el momento adecuado, aprovecharon la oportunidad para abrirse paso a codazos, y en ese proceso dejaron en evidencia la falta de oportunidades para los jóvenes en el establishment político.

Además, aprendieron la disciplina ideológica de sus antecesores inmediatos, varios de los cuales se encuentran actualmente estudiando en las mejores universidades de EE.UU. Apuesto a que ellos volverán a contribuir con herramientas técnicas a los idearios políticos. Por eso, no me sorprendería si la combinación de experiencia política y formación académica diera en el futuro una ventaja incluso mayor a estos avezados jóvenes de izquierda.

Vuelvo entonces sobre mi reflexión original, pero ahora en perspectiva: ¿Tendrá este grupo un contrapeso dentro de 4 u 8 años? Tengo mis dudas. Por el momento, los partidos políticos de centro y derecha no tienen figuras sub 30 que jueguen en la misma liga que los de la vereda del frente. ¡Y para qué hablar de la escasez de técnicos jóvenes, críticos y pensantes! Esto desbalanceará aún más las fuerzas en las batallas de las ideas. Como dijo Churchill, “los imperios del futuro serán los imperios de la mente”.

Son los jóvenes los que tienen los mayores incentivos a pensar el Chile del mañana. La izquierda demostró el retorno político que implica contar con jóvenes con convicción peleando por sus ideales. Veremos si el centro y la derecha pueden compensar el tiempo perdido.