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Leonidas Montes, director del CEP, y la fragmentación del sistema político: “Lo que tenemos que evitar ahora es que nos peruanicemos”

Leonidas Montes L..

Leonidas Montes, director del CEP, y la fragmentación del sistema político: “Lo que tenemos que evitar ahora es que nos peruanicemos”

Montes es un admirador de Adam Smith -padre de la economía moderna-, de quien en 2023 se cumplen 300 años de su nacimiento. Se realizarán actividades en Chile y en varios lugares del mundo. “Yo le diría a la izquierda que lea a Adam Smith, quien además nunca ha sido cancelado”, señala.

-Eres una de las personas que más sabe de Adam Smith en Chile. ¿Cómo nació tu obsesión por el personaje?

La historia es larga, pero un punto clave fue cuando gané la beca Presidente de la República y volví a la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge, alentado curiosamente por Gabriel Palma. Cada vez que lo veía, me decía: “Oye, León, tenís que volver a hacer el doctorado”. Yo no tenía ningún interés de hacerlo. La verdad yo estaba feliz acá trabajando.

–Gabriel Palma es bien izquierdista.

Muy izquierdista. Había sido profesor mío en econometría cuando hice el máster en King’s College. Bueno, volví a Inglaterra con la beca y recién casado. Era un momento bien importante para estar en Cambridge, había grandes profesores. Partí de nuevo con el dilema del interés propio del beneficio público, que había investigado antes, y me quedé pegado completamente en Adam Smith. Esa es la verdad. Mi tesis era una mezcla de historia del pensamiento económico, filosofía de la economía e historia intelectual.

-¿Qué tan contemporáneo es Smith? ¿Qué partes de su pensamiento han envejecido mal?

Yo creo que Adam Smith en general ha envejecido muy bien. “La teoría de los sentimientos morales” fue un libro muy potente en su época y envejeció mal después. Pero no es culpa de Adam Smith.

-¿De qué manera no perduró bien?

En el sentido de que durante mucho tiempo se olvidó. En el siglo 19 todos hablan de Kant, del utilitarismo; en el siglo 20 también. Pero es un libro que ha resucitado en los últimos 30 años.

Hay una tremenda recuperación del legado ético de Adam Smith. Es un libro que que tuvo una época muy oscura. Si a los economistas de los 70, 80 o 90, les hablabas de “La teoría de los sentimiento morales” se burlaban: “Ah, esa cuestión de psicología… Lo único que importa es “La riqueza de las naciones”. Y yo creo que en el fondo envejeció mucho mejor; o sea, envejeció mal los primeros 200 años y ahora tiene un gran renacimiento . Si haces una encuesta sobre quiénes son los economistas más importantes, siempre gana Adam Smith. Incluso Marx era un gran admirador de Smith.

-Hay economistas que ven la disciplina como algo científico. ¿Crees que la economía es una ciencia?

La economía no es una ciencia. Hay muchos economistas que tienen esa pretensión, pero yo soy más heterodoxo. La economía trata con personas y eso la hace distinta. Evidentemente, hay materias que se parecen mucho a una ley, como las ventajas comparativas, la teoría monetaria, que descansa sobre el hecho de que si aumenta la cantidad de dinero, aumentan los precios. Lo hemos visto ahora, recientemente con los retiros.

-Smith hablaba de la empatía, que es un concepto que ha usado Boric. ¿Le recomendarías al Presidente que leyera más a Smith, que debe estar en las antípodas de su pensamiento?

Yo creo que “La teoría de los sentimientos morales” es fundamental para entender lo que realmente significa el concepto de empatía. Yo se lo recomendaría no solo al Presidente de la República, sino a todos los que les interesan las políticas públicas. Porque es un concepto muy profundo, no es solo un eslogan.

-¿Hay un malentendido?

Tiendo a pensar eso. Hay dos conceptos que se ocupaban mucho: dignidad y empatía. El uso de la palabra “dignidad” fue un abuso después del famoso 18 de octubre de 2019. Se proyectaba en el cielo el concepto de dignidad, todos hablaban de eso. Y yo tengo la impresión de que no había mucha discusión sobre lo que realmente significa la dignidad ni de lo que realmente significa la empatía.

Si uno hiciera un análisis semántico del uso que se les daba a esos conceptos durante ese período de la crisis social, resulta que estaban en la boca de todos, pero no sé si estaban en la cabeza de todos. Hoy día en el discurso público a lo mejor se mencionan de repente, pero ha disminuido la frecuencia con que aparecen ambos conceptos que son fundamentales. Entender desde una perspectiva liberal lo que realmente significa la dignidad y la empatía es algo esencial. No puede haber dignidad con violencia ni empatía con violencia.

-¿Smith ha sido caricaturizado como el paladín del capital?

Yo le diría a la izquierda que lea a Adam Smith, quien además nunca ha sido cancelado. Adam Smith en el siglo 18 no estaba de acuerdo con la esclavitud, decía que Inglaterra tenía que salir de las colonias americanas y creía que el Estado debía ejercer un rol en la educación básica. Fue un pensador muy de vanguardia.

-¿Los Chicago Boys no lo leyeron bien ?

Es una cuestión interesante, porque los Chicago Boys obviamente no leyeron “La teoría de los sentimientos morales”. Ningún economista en esa época la leía. Se empezó a leer nuevamente a fines del siglo 20. En general, los Chicago Boys no estudiaron mucha historia económica. Esa es la verdad. Ni siquiera leyeron a Adam Smith. O muy poco.

-Se van a cumplir nueve meses del gobierno de Boric. ¿Crees que ha evolucionado positivamente? ¿Se ha debilitado la idea liberal en su administración?

Yo creo que ha sido muy difícil administrar una coalición de gobierno donde hay tres sectores: el Partido Comunista, que tironea para su bando; el Frente Amplio, que es demasiado amplio, y la socialdemocracia que ha ingresado con fuerza. Esa trilogía, esa tríada, es compleja de administrar.

La instalación del gobierno por juventud, por inexperiencia, por tantas promesas, por falta de realismo, de pragmatismo, también ha sido complicada. Pero uno nota que el presidente ha ido jugando y poco a poco se van consolidando los principios de una democracia liberal o representativa. Las señales que se han ido dando van en esa dirección.

Al presidente le costó mucho aterrizar, hubo muchos problemas, muchos desaciertos. Pero hay que ser realista y él tiene que liderar una coalición que es muy compleja. En ese sentido, yo creo que se ha ido adaptando de manera mucho más pragmática.

-A propósito del proceso constitucional, ¿uno de los desafíos es reformar el sistema político?

Es el gran desafío. No pueden seguir proliferando partidos. La oportunidad que tenemos en este nuevo proceso constitucional es consolidar y enmendar el sistema político y electoral y tratar de buscar incentivos de cooperación.

-¿Cómo se administra el Frente Amplio?

Es una gran pregunta. El Frente son varios partidos. Tenemos que tratar de consolidar y de ordenar un sistema político que desde hace tiempo está bastante fracturado. Cuando se hizo la reforma electoral, sabíamos que esto iba a conducir a Brasil. Pasamos de siete a 21 o 22 partidos. Eso sucedió.

Lo que tenemos que evitar ahora es que nos peruanicemos: que la política vaya por un lado y todo lo demás por el otro. Para evitar eso es muy importante que haya una reforma seria del sistema político en general. Una nueva Constitución puede ser una oportunidad para enfrentar ese tema. Y el rol del Presidente va a ser clave.