El economista afirma que el resultado de este miércoles también tiene que ver con el triunfo del rechazo a la propuesta constitucional.
Para el economista y coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP) Sebastián Izquierdo, el fracaso en el Congreso de la reforma tributaria que impulsó el gobierno del Presidente Boric, está estrechamente ligada al rechazo a la propuesta constitucional que ofreció la Convención Constitucional, entre otras razones políticas y técnicas del proyecto.
«Recordemos que el programa de gobierno se necesitaba hacer con 8 puntos del PIB y se iba a financiar con la recaudación en torno a los 4 puntos. Ese fue el origen de esta reforma. Ese programa de gobierno tuvo muchas similitudes con la propuesta constitucional en aspectos como pensiones, educación, salud. Lo que digo es que, claro, la idea de la reforma es recaudar, pero el destino de los recursos fue anclado a esas ideas. Es un resultado en cadena», cree el especialista, porque “esos ingresos, básicamente, iban a alimentar a un proyecto de gobierno muy similar a una propuesta que fue rechazada”.
¿Es una reforma más ideológica que práctica?
– Yo creo que es una reforma que tiene elementos ideológicos que mostraron un álgido debate, como el impuesto al patrimonio, que es muy ideológico, porque la recaudación es bastante menor, incluso en las proyecciones que hizo el gobierno y que luego fue morigerando. Se llamaba impuesto a los súper ricos. Es decir, ya el nombre tenía carga relevante. En la experiencia comparada te das cuenta que esos impuestos, como están diseñados, hacen muy difícil la recaudación, porque es muy difícil llevar una contabilidad adecuada. Al Estado le cuesta reconocer, comprender el patrimonio de una familia, por ejemplo, que puede tener recursos en otros países y la experiencia internacional así lo demuestra. Pero también había coincidencias en que había que entregarle más atribuciones al Servicio de Impuestos Internos para luchar por ciertos resquicios que, al final de cuentas, no respetan el espíritu de la ley actual para poder recaudar.
¿Qué lectura hace del actuar de la clase política en este debate?
– “Esto es una muestra de que la clase política no cede. Vemos que no se avanza en una necesidad apremiante de Chile de construir un pacto transversal tributario de crecimiento. Queda claro que era la reforma tributaria de un gobierno de turno que no lograba ser el pacto social prometido. Justamente, las mejores reformas tributarias tienen que ser transversales. Permitir recaudar y tener reglas claras para que otro gobierno no llegue y las cambie. Asimismo, tener una reforma tributaria con los votos justos es malo para Chile.
¿Qué tan grave era la amenaza, de la que habla la oposición, que presentaba la reforma para las pymes?
– Creo que más bien lo que hay detrás de ese tipo de insinuaciones es que estamos en un periodo complejo aunque hemos visto indicadores positivos, pero no estamos en un escenario bueno y cuando uno discute las reformas tributarias uno espera que tenga incentivos más potentes para impulsar el crecimiento económico.
