Entrevista a Leonidas Montes, director del CEP.
El director del CEP dice que el mensaje que ha dado el país en estas elecciones es que quiere cambios, pero sin tirar por la borda lo que se ha construido. «También hay un llamado a recuperar esa amistad cívica que se ha visto tan trizada», afirma.
Aterrizar expectativas, generar acuerdos y recuperar la confianza son las tareas más relavantes que deberá enfrentar el nuevo Presidente Gabriel Boric, estima el director del Centro de Estudios Públicos (CEP), Leonidas Montes.
Tras la elección, «hay un deber republicano de reconciliar diferencias y reconstruir las confianzas que se han visto dañadas, de recuperar la tolerancia y dejar atrás la lógica de amigos y enemigos», afirma el ingeniero industrial y licenciado en Filosofía.
¿Qué le pareció el resultado de esta elección?
-La votación fue ejemplar y este es un punto que sin duda hay que destacar. La forma en que se realizaron y la rapidez con que conocimos los resultados reflejan nuestra envidiable tradición republicana. A menos de una hora ya sabíamos que Boric sería nuestro Presidente. Y a dos horas del cierre, ya teníamos al 96% de las mesas.
¿Por qué ganó Boric esta elección y por qué la perdió Kast?
-A Kast se le desinfló el tema de la seguridad y cometió algunos errores, como apelar al tribunal electoral en caso de un resultado ajustado. Aunque las encuestas ya anunciaban el triunfo de Boric, creo que el giro en su discurso posprimarias fue clave. Al final Boric dejó atrás su tono y aspecto más revolucionario, dando paso a una figura bien peinada, con anteojos y con un discurso más amable, republicano y conciliador.
Incluso se congració con la Concertación que tanto denostó. Pienso que el cambio hacia la moderación, subiéndose al carro de la seguridad que había encumbrado a José Antonio Kast, movilizó y tuvo eco en la ciudadanía.
¿Cuál es el mensaje que nos está dando la ciudadanía con este resultado?
-Cambios, pero cambios sin tirar por la borda lo que se ha construido con tanto esfuerzo. Y creo que también hay un llamado a recuperar esa amistad cívica que se ha visto tan trizada. Hay un deber republicano de reconciliar diferencias y reconstruir las confianzas que se han visto dañadas, de recuperar la tolerancia y dejar atrás la lógica de amigos y enemigos.
El gesto inmediato de Kast, felicitando a Boric, y su posterior visita al nuevo Presidente, así como la tradicional conversación telefónica de Boric con Piñera, son símbolos que dicen más que mil palabras.
El país queda dividido de todas formas. ¿Cuál es su pronóstico respecto de las reformas económicas que quiere hacer Boric? ¿El equilibrio en el Congreso generará la búsqueda de consensos o habrá inmovilismo?
-El país está incluso dividido a nivel territorial, entre norte, Región Metropolitana y sur. El nuevo equilibrio, con una Cámara de Diputados con 21 partidos y un Senado con la mitad de la derecha, contribuyen a ese necesario check and balance que permite evitar grandes metidas de pata. No veo inmovilismo sino debate y búsqueda de consensos. Es necesario volver a los acuerdos y eso es lo que exige cualquier reforma de pensiones, salud o tributaria.
Dada la debilidad económica y las tensiones que se pueden generar con la Convención Constituyente, ¿tendremos que asumir inevitablemente al menos dos años de alta inestabilidad y polarización?
-Serán años difíciles. El desafío de corto y largo plazo para el país es el proceso constitucional. La Convención tiene una tremenda responsabilidad y ahora que están trabajando en la discusión sustantiva, con su reglamento y cronograma sobre la mesa, es de esperar que escriban una Constitución para todos los chilenos. Digo es de esperar, ya que hay posiciones anti todo y cierto individualismo identitario que quiere imponernos lo que es mejor para ellos.
«Si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba», dijo Gabriel Boric luego de ganar las primarias a Jadue en julio pasado. ¿El actual modelo sufrirá cambios profundos en los próximos cuatro años? ¿Nos acercaremos al modelo de bienestar europeo?
-Aunque no me gusta usar la etiqueta neoliberal sin definir lo que se entiende por neoliberalismo, es evidente que el modelo cambiará. Y es muy posible que la nueva Constitución se acerque a un modelo de bienestar europeo. Pero para eso es necesario recuperar y cultivar el animal spirits de la economía.
¿Qué tan clave será el gabinete que nombre Boric a su llegada a La Moneda, especialmente su ministro de Hacienda? ¿Cuál es el perfil que debe tener el ministro que llegue a Teatinos 120?
-Los mercados han estado durante mucho tiempo nerviosos y es posible que sigan esos nervios. Hemos vivido mucha incertidumbre, una gigantesca salida capitales al extranjero y estamos con una inflación que bordea el 7%, con un estancamiento de la inversión. En términos económicos vivimos tiempos difíciles, que exigen recuperar la confianza. Por eso, será clave quienes acompañen a Boric en esta nueva aventura política. Su gabinete y sus asesores serán señales poderosas. Y su ministra o ministro de Hacienda será clave para orientar y calmar a los mercados. La economía, ya lo sabemos, no es un juego.
¿Cómo ve el futuro de Chile bajo un gobierno de Boric?
-Difícil y desafiante. Hay muchas cosas en la juguera. La política estará muy movida. La economía enfrentará un segundo semestre duro. Y además se escribe una nueva Constitución. Será un gobierno con muchos frentes que deberá conciliar las esperanzas con la realidad, aterrizar las expectativas, hacerse cargo del Estado y recuperar la confianza. Para enfrentar este contexto, se necesitará unidad y reconciliación, ya que al final, como dijo el Presidente Boric, «la historia no parte con nosotros», parte con todos.
