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Violencia escolar y crisis de autoridad

Macarena Granese.

Violencia escolar y crisis de autoridad

Es necesario, por tanto, reivindicar el concepto de autoridad y volver a conferírsela a aquellos que tienen en sus manos la tarea tan importante de formar a las futuras generaciones.

El 2022 ha estado marcado por un alza en los episodios de violencia estudiantil. Según datos de la Superintendencia de Educación las denuncias por maltrato entre estudiantes han aumentado en un 38%. Cifra similar a la registrada por la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, la cual señala que entre 2020 y 2022 hubo un aumento de un 40% en las denuncias por maltratos físicos y psicológicos en colegios públicos y privados de Chile. Si bien Santiago concentra el 50% de los casos, los episodios de violencia no son algo ajeno a la realidad regional: en un colegio de Iquique la directora y profesores recibieron amenazas de muerte en mayo de este año, en Talcahuano la madre de un alumno apuñaló por la espalda a un profesor a plena luz del día en un establecimiento educativo, y en Los Ángeles un niño de ocho años fue golpeado por otro alumno, generándole varias lesiones.

Si bien la pandemia parece haber contribuido a exacerbar esta situación—sin duda el cierre prolongado de colegios alteró de manera significativa la salud mental de los niños—este no es un fenómeno nuevo. Prueba de aquello es la promulgación el año 2019 de la controvertida ley “Aula Segura” que permite expulsar a los alumnos que lleven algún tipo de arma, cometan algún tipo de agresión o causen daños en la infraestructura escolar.

Tampoco es un fenómeno acotado al ámbito escolar. Esta anomia se puede percibir frente a carabineros, padres, conductores de micro y, en general, frente a cualquier persona que este ejerciendo algún cargo de autoridad (o a lo menos que es percibido como tal). Es más, incluso entre pares pareciera que los maltratos son habituales. Los parlamentarios son un buen ejemplo de lo anterior.

Pareciera, por tanto, haber algo más profundo que aqueja a nuestra sociedad y que la pandemia solo ha venido a visibilizar de manera más latente. Según la socióloga Kathy Araujo, en Chile estaríamos viviendo una crisis de autoridad. El ejercicio de la autoridad es percibido como un acto que se practica a través de la fuerza o de la dominación; y que, si bien esta concepción es cuestionada por ideas de mayor horizontalidad y autonomía, estaría en el ideario común de los chilenos que los conflictos sociales se resuelven a través de la fuerza. Para la autora es por tanto necesario un cambio de paradigma en torno al concepto de autoridad. Esto iría de la mano mediante la realización de que la autoridad es vital a fin de coordinar actividades humanas complejas y que es un requisito indispensable de nuestra vida social.

Volviendo al contexto escolar, nos encontramos con estudiantes que se rebelan instintivamente ante toda autoridad al considerarla perversa por definición; y con profesores que no cuentan con el apoyo necesario para poder cumplir con sus labores docentes. El riesgo de este fenómeno no es solo presente, sino que también futuro; Tendremos una generación (sino ya varias) en que el que la transgresión de las normas, la rebelión por defecto y el ensalzamiento de los propios impulsos por sobre todos los demás imperativos del vivir social se volverán habituales. Será una realidad que traspase el ambito escolar para instalarse permanentemente en nuestra sociedad. Es necesario, por tanto, reivindicar el concepto de autoridad y volver a conferírsela a aquellos que tienen en sus manos la tarea tan importante de formar a las futuras generaciones.