El proceso constituyente actual se encuentra en la siguiente disyuntiva: construir una nueva Carta desdeuna página en blanco y emular el tono refundacional de la dictadura de Augusto Pinochet; o, por elcontrario, retomar el gradualismo de los primeros constitucionalistas.
- Las constituciones son pasado, presente y futuro; tienen, por eso mismo, una carga simbólica que toda sociedad —más aún si ésta es democrática— debe considerar y sopesar.
- El primer constitucionalismo chileno se caracterizó por ser gradualista. Dicha característica permitió consolidar las bases institucionales de la política chilena.
- Durante los primeros años de la independencia, las constituciones del país se concentraron en definir y consensuar el tipo de gobierno que debía reemplazar al rey y al sistema monárquico. De un régimen colegiado se fue poco a poco pasando a un mandato centralizado en la figura del Director Supremo.
- La Carta de 1828 abrevió distintas posturas y escuelas de pensamiento, tanto anglosajonas como europeas. Entre ellas, sobresalen el liberalismo y el republicanismo.
- La Constitución de 1828 fue el pilar desde el cual se redactaron las Cartas de 1833 y 1925; ambas fueron concebidas, en efecto, como reformas de sus respectivas antecesoras.
- Este ejercicio gradualista y deferente con la tradición fue interrumpida por los constituyentes de 1980.
- El proceso constituyente actual se encuentra en la siguiente disyuntiva: construir una nueva Carta desde una página en blanco y emular el tono refundacional de la dictadura de Augusto Pinochet; o, por el contrario, retomar el gradualismo de los primeros constitucionalistas y ser deferentes con la tradición, los tratados internacionales y el derecho comparado.