- El proyecto de reforma laboral que se está discutiendo en el congreso nos parece inconveniente. Hay buenas razones para sostener que éstas pueden afectar negativamente el empleo y la competitividad de la economía y no tener mayores efectos sobre la igualdad de ingresos.
- Las reformas pretenden extender el derecho de negociar colectivamente a aquellos sectores que hoy no cuentan con instrumentos adecuados para ello. El gobierno parecería tener un punto si se consideran las bajas tasas de sindicalización y de trabajadores que negocian colectivamente en nuestro país. Ciertamente en el contexto internacional estas tasas no son altas. Pero, tal vez, más importante que los niveles son las tendencias. En los 90 , por ejemplo, Chile es el único país en América Latina que ha aumentado sus niveles de sindicalización. La tendencia en general es a una declinación de la sindicalización en el mundo entero. Este fenómeno parece hacer de Chile uno de lo s pocos pa íses en el mundo en lo s que la sindicalización ha aumentado.
- Incentivar las negociaciones interempresa no es el camino correcto. La tendencia general es situar las negociaciones colectivas al interior de la empresa. De hecho, la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD) que agrupa a los países más desarrollados ha recomendado a sus miembros, entre otros aspectos, flexibilizar la legislación que protege a los trabajadores y descentralizar la determinación de los salarios.
- Las reformas laborales en Chile van en la dirección contraria al crear mayor centralización en la negociación colectiva. La evidencia empírica es bastante enfática en apuntar a que mercados laborales centralizados generan desempleo y un desempeño económico deficiente. Esta literatura es revisada exhaustivamente en este documento.
- Los niveles de protección a los trabajadores en Chile, contrariamente a lo que se cree, son relativamente altos. La evidencia empírica indica que en estos casos la rotación laboral se reduce. De ahí que, por este solo efecto, cabe esperar que el empleo se recupere lentamente. Insistir con otras leyes que rigidizan el mercado laboral puede hacer que la recuperación del empleo se prolongue demasiado en el tiempo.
- Los desafíos del futuro en materia laboral seguramente van a pasar por elevar la flexibilidad del mercado laboral chileno. Por ello, las reformas propuestas son extemporáneas. Las unidades productivas son hoy día cada vez más pequeñas y participan en mercados cada vez más competitivos. La evidencia internacional y nacional sugiere que estas unidades operan con niveles de productividad muy heterogéneos. Una mayor descentralización de las negociaciones colectivas es, por lo tanto, imprescindible. Chile no se puede dar el lujo de ir contra la corriente mundial y promover negociaciones colectivas más centralizadas y mercados laborales más rígidos.