El estudio «Quién vota en Chile: primeros análisis después del voto obligatorio» da cuenta de que que las mayores diferencias se dan entre los votantes con mayor hábito de voto (a quienes nombramos “votantes duros”) y los demás grupos. Además, encontramos que bajo votación obligatoria se incorporó al electorado un grupo importante de personas con menor nivel educacional y actitudes más moderado en lo relativo a la legislación del aborto (en comparación con quienes siempre asisten a votar).
- Para el plebiscito de septiembre del 2022 volvió a entrar en vigencia la obligatoriedad del voto en Chile, aunque esta vez, conjugándose inéditamente con un mecanismo de inscripción automática. Como resultado, sufragó 86% de la población en edad de votar, un nivel de participación solo observado en las primeras elecciones desde la vuelta a la democracia.
- Si bien esta variación en el electorado es conocida, sabemos menos sobre el cambio en su composición. El presente estudio busca contribuir al esclarecimiento de esta última incógnita.
- Para ello, primero se analiza la evolución histórica de los votantes desde el 2012 hasta la última elección con voto voluntario (segunda vuelta presidencial de 2021), usando datos del Servel. El mayor hallazgo se presenta en el cambio en la composición del electorado según su tramo etario. Si bien al inicio del voto voluntario en el 2012 los tramos etarios mayores participaban en mayor proporción que los más jóvenes, para el plebiscito de entrada de 2020 esto se revierte: mientras los jóvenes salieron a votar de manera histórica, los adultos mayores de 45 años, quienes habían constantemente presentado altos niveles de participación, mostraron una baja importante en el plebiscito de 2020.
- Luego, con información de la Encuesta CEP N°88 de noviembre-diciembre 2022, se construyen tipos de electores bajo la regla de voto voluntario según su hábito de voto, cuyas características sociodemográficas y actitudinales se analizan en detalle, junto con su comportamiento en el plebiscito de salida.
- Los análisis muestran que las mayores diferencias se dan entre los votantes con mayor hábito de voto (a quienes nombramos “votantes duros”) y los demás grupos. Además, encontramos que bajo votación obligatoria se incorporó al electorado un grupo importante de personas con menor nivel educacional y actitudes más moderado en lo relativo a la legislación del aborto (en comparación con quienes siempre asisten a votar).
- Estos hallazgos no solo facilitan una mejor comprensión de los resultados observados en las últimas dos elecciones, sino que también nos advierten sobre posibles tendencias que podrían observarse a futuro, en caso de mantenerse la obligatoriedad del voto.