Boletín N° 4
Voces del CEP
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Migración

Los rostros de Jano: dualidad en las percepciones sobre la última ola migratoria en Chile

Centro de Estudios Públicos, Ariadna Chuaqui R., Aldo Mascareño.

Los rostros de Jano: dualidad en las percepciones sobre la última ola migratoria en Chile

Abril 2024

BOLETÍN VOCES DEL CEP – N°4

En esta nueva edición del boletín Voces del CEP, dedicado al análisis de temáticas relevantes para Chile, publicamos una columna de Ariadna Chuaqui y Aldo Mascareño, acerca de las percepciones sobre la última ola migratoria en Chile.

 

Los rostros de Jano: dualidad en las percepciones sobre la última ola migratoria en Chile

Ariadna Chuaqui, investigadora asistente CEP, y Aldo Mascareño, investigador senior CEP

 

Los cambios en la velocidad de llegada de migrantes y en la composición de este grupo desde 2018 en adelante han agitado las relaciones sociales de quienes tienen contacto regular con ellos y también las percepciones en el país acerca del carácter y consecuencias de la migración. Si bien los datos del INE y del Servicio Nacional de Inmigración nos muestran que han existido olas migratorias relevantes en nuestro país de distintos colectivos durante el siglo XXI, el año 2018 marcó un punto de inflexión en el que se produce un rápido aumento de la población extranjera (ver Figura 4 en sección Destacados). Junto con esto, la composición de los migrantes que llegan al país ha cambiado de manera importante. Si antes la mayoría de las personas extranjeras en Chile provenían de países vecinos como Perú, Argentina y Bolivia, en los últimos cinco años migrantes provenientes de Venezuela, Colombia y Haití han constituido una proporción importante de los extranjeros en Chile. Ellos se concentran especialmente en la Región Metropolitana y crecen en proporción en las regiones del norte del país (ver Tabla 2 y Figura 5 en destacados). 

Cuando el crecimiento de la inmigración es repentino en cortos periodos de tiempo y significativo en proporción, no es posible esperar continuidad en los patrones de relación social o en la percepción que la población local tiene de la extranjera —esto cuenta incluso para la población extranjera previamente residente en el país. El quiebre exige una adecuación de la relación. Consecuentemente, desde 2018 hasta la actualidad se ha abierto un periodo de adaptación entre migrantes y la población establecida, a veces forzado e inestable, tanto para unos como para otros, lo que dificulta la inclusión de quienes buscan integrarse a la sociedad chilena. 

Ante este escenario, es relevante comprender cómo este periodo de adaptación ha influido en la percepción de los residentes en Chile hacia los inmigrantes recientes. Los datos recopilados por el Centro de Estudios Públicos (CEP) a través del Estudio de Inmigración en la Zona Norte muestran la diferencia en la percepción que las personas tienen sobre los inmigrantes que han llegado en los últimos cinco años al país, en comparación con aquellos que llegaron hace más de cinco años (CEP 2024). Este estudio se basó en la Encuesta CEP 90, realizada entre septiembre y noviembre de 2023, con una ampliación de la muestra en la macrozona norte de Chile (Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama), la que ha sido especialmente afectada por la ola migratoria de los últimos cinco años. El objetivo del estudio es capturar las percepciones, actitudes y experiencias particulares de los habitantes de esa zona.[1]

La última ola según chilenos y migrantes

A nivel general, existe una percepción negativa respecto a los migrantes que llegaron en la última ola. La Figura 1 muestra que tanto la población chilena como la extranjera tienen una imagen menos favorable de los inmigrantes que llegaron en los últimos cinco años al país en comparación con aquellos que llegaron hace más de 5 años (74% y 72%, respectivamente). Aunque se observan algunas diferencias al analizar según variables sociodemográficas (con percepciones más negativas entre mujeres, grupos etarios mayores y personas que se identifican políticamente con la derecha), la magnitud de la percepción negativa es consistentemente alta. Solo un 24% de la población total considera que la última ola migratoria es igual o mejor que la anterior.

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Al profundizar en la percepción de los entrevistados sobre aspectos particulares de los inmigrantes que llegaron al país en los últimos cinco años, observamos que existen matices dentro de la visión general negativa. La Figura 2 revela que las percepciones de los nacionales son significativamente más desfavorables que las de los extranjeros. Por un lado, el 14% de los nacionales considera que ‘todos o casi todos, o la mayoría’ de los inmigrantes que han llegado en los últimos cinco años al país cumplen la ley, el 16% cree que respetan las costumbres chilenas, el 18% los percibe como honestos y el 30% los considera trabajadores. En contraste, los extranjeros tienen una percepción más positiva respecto a los inmigrantes que llegaron desde el 2019 en adelante: el 44% considera que ‘todos o casi todos, o la mayoría’ cumplen la ley, el 32% cree que respetan las costumbres de los chilenos, el 41% los percibe como honestos y el 61% los considera trabajadores.

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Es interesante notar que, al evaluar a los inmigrantes recientes a través de atributos como la actitud hacia el trabajo, la honestidad, el respeto a las costumbres chilenas y el cumplimiento de la ley, las personas responden de manera más positiva a cuestiones de carácter moral (ser honesto) o relacionadas con compromisos conductuales (ser trabajador). Es más, entre quienes en la Figura 1 perciben de manera negativa a los inmigrantes recientes (es decir, quienes componen la barra del 74% de la población total), el 65% considera que ‘todos o casi todos, la mayoría, o la mitad’ son trabajadores y el 52% que ‘todos o casi todos, la mayoría, o la mitad’ son honestos. 

La variación en la evaluación de los migrantes recientes refleja la ambigüedad en las relaciones individuales con ellos, lo cual se traduce en percepciones tanto negativas como positivas. A primera vista, estas percepciones pueden parecer contradictorias, pero en realidad muestran la complejidad que subyace a las relaciones sociales entre grupos cuando hay un cambio repentino y significativo en las condiciones de la relación social como acontece con una ola migratoria masiva en un periodo corto de tiempo. Los requerimientos mutuos de adaptación se sobrecargan, no solo entre personas sino también institucionalmente. En el primer caso se ven afectados aspectos como las costumbres y las percepciones de honestidad; en el segundo, las relaciones laborales y cuestiones relacionadas con el cumplimiento de la ley entran en tensión. Este es el escenario en el que actualmente se relacionan y se perciben mutuamente migrantes y chilenos en el país.

 

La mirada desde la macrozona norte

Si bien la mayoría de la población migrante en Chile se concentra en la Región Metropolitana con un 54% del total, las tres regiones con la mayor densidad de migrantes en relación con la población total son precisamente las tres situadas en la macrozona norte del país: Tarapacá (18,4%), Antofagasta (15,0%) y Arica y Parinacota (12,6%). La nueva ola ha afectado principalmente a la zona norte de Chile, generando un aumento en la frecuencia de interacción entre grupos, lo cual a su vez exige una aceleración en el proceso de integración y una repentina intensificación de experiencias con migrantes. Ello provoca diferencias significativas en las percepciones de las personas que residen en la macrozona norte en comparación con las que viven en el resto del país. 

El aumento en la frecuencia de interacción con migrantes es generalmente identificado como un factor determinante en las evaluaciones positivas del grupo externo. Tal efecto se intensifica a medida que la frecuencia de contacto se incrementa y se prolonga en el tiempo (Voci y Hewstone 2003; Paolini et al. 2014). Sin embargo, resulta interesante observar que residir en la macrozona norte del país, donde la población migrante es considerablemente alta, no se correlaciona con una percepción más favorable hacia ellos. De hecho, existe una asociación estadísticamente significativa entre residir en el norte y tener una visión negativa de los inmigrantes que han llegado al país en los últimos cinco años (ver Figura 3). Esto se evidencia principalmente en aspectos normativos de comportamiento: el cumplimiento de la ley (54% de quienes residen en la macrozona norte frente a 46% de quienes residen en el resto del país opina que menos de la mitad o casi nadie cumple la ley), y el respeto de las costumbres chilenas (56% de quienes residen en la macrozona norte frente a 49% de quienes residen en el resto del país opina que menos de la mitad o casi nadie respeta las costumbres). Este escenario de alta fricción respalda la literatura que sugiere que la convivencia en entornos diversos puede generar reacciones o actitudes hostiles hacia la inmigración, particularmente a corto plazo (Putnam 2007).

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Visiones negativas y positivas: qué nos dicen las preguntas abiertas

Con el fin de identificar y comprender de mejor manera el contacto social con inmigrantes, se incluyeron cuatro preguntas abiertas destinadas a explorar las razones y entornos en los que se desarrollan tanto las interacciones positivas como las negativas. Estas preguntas fueron las siguientes:

  • De las veces en que usted se ha relacionado con personas inmigrantes, ¿cuál es la principal razón por la han sido positivas?
  • ¿En qué ocasiones o contextos ocurren generalmente las interacciones positivas?
  • De las veces en que usted se ha relacionado con personas inmigrantes, ¿cuál es la principal razón por la han sido negativas?
  • ¿En qué ocasiones o contextos ocurren generalmente las interacciones negativas?

Las respuestas abiertas a estas preguntas (en total 16.772 palabras) fueron sometidas a un análisis mediante herramientas digitales especializadas en el procesamiento de texto, lo que representa un enfoque metodológico innovador en este tipo de investigaciones a nivel nacional.

(Puedes ver la tabla en mayor detalle haciendo clic aquí)

 

La Tabla 1 considera dos dimensiones: a) razones que explican la calidad de las relaciones y b) los contextos en los que esas relaciones tienen lugar. Estas dimensiones se analizan en dos variables: razones de relaciones negativas y positivas, y contextos de las relaciones negativas y positivas. Los componentes significativos más relevantes sobre las razones de las relaciones negativas y positivas y los contextos en que ellas tienen lugar son a su vez categorizadas con pesos semánticos, es decir, de acuerdo con la relevancia que el discurso de los encuestados asigna a los distintos componentes mencionados en las respuestas abiertas. 

En la dimensión de relaciones, frente a la pregunta por las razones de una relación negativa o positiva con migrantes, se aprecian —como en casos anteriores— visiones en principio contradictorias. Por un lado, las razones de relaciones negativas se atribuyen a las ‘faltas de respeto’ y a las ‘malas costumbres’ de los migrantes; por otro, las razones de relaciones positivas se vinculan a experiencias de ‘buen trato’ y a la consideración de los migrantes como ‘buenas personas’ (peso semántico 1). Adicionalmente, los migrantes —indican los encuestados— ‘vienen a delinquir y robar’, pero a la vez son ‘honestos, responsables y respetuosos’. Sus ‘formas de pensar’ y los ‘malos tratos’ se señalan como razón de relaciones negativas y a la vez se valora el ‘intercambio cultural’ con ellos como fuente de relaciones positivas (peso semántico 2). 

Lo que este escenario contradictorio indica es que las experiencias con migrantes son altamente disímiles, contingentes, cuasi individuales y particulares. La dualidad de la apreciación sugiere transición, una situación de alta incertidumbre social en la que no hay una fuente, un discurso con significados de alto poder conceptual o normativo que pueda orientar, procesar y evaluar la relación con una ola migratoria repentina que excede los horizontes de expectativa de las personas y de las instituciones. Una ola migratoria de tal tipo constituye un shock para la estabilidad de las relaciones sociales y las percepciones. En esa situación incierta, de ausencia de anclajes (discursivos, normativos, institucionales), las buenas relaciones pueden explicarse por el ‘buen trato’ y las malas por los ‘malos tratos’; se puede despreciar las ‘malas costumbres’ de los migrantes y paralelamente valorar el ‘intercambio cultural’, y se puede experimentar su ‘honestidad’, pero a la vez asumir que vienen a ‘delinquir’. Todo depende de la experiencia que cada uno tenga, de con quién el individuo se cruce en la calle, de a quién observe. La ola repentina, masiva, densa, no solo excede las fronteras, excede también los marcos interpretativos de las personas. 

Esta misma dualidad se aprecia en la dimensión de contextos: los mismos entornos son escenario para buenas y malas relaciones. Los ‘vecinos’ constituyen un contexto social de buenas y malas experiencias; la calle es un escenario de ‘malas conductas’, pero el ‘barrio’ y ‘el transporte’ (el mismo escenario de ‘la calle’) es donde tienen lugar relaciones positivas. Igualmente, ‘el trabajo’ es un contexto donde se experimentan relaciones negativas, pero es también un espacio (el ‘ámbito laboral’) de relaciones positivas. Los contextos de interacción, entonces, tampoco operan como espacios identificables en uno u otro sentido. Todo parece depender de la contingencia de la situación.

Una configuración social de este tipo es problemática porque hace imposible para las personas identificar patrones y vincularlos con relativa seguridad a una explicación o a un contexto específico que pueda reducir la incertidumbre de la interacción con migrantes. Cuando esto acontece, los parámetros del orden social tienen que ser reconstruidos. Pero sin mayores anclajes institucionales, las opciones se polarizan o quedan entregadas a la contingencia de la experiencia individual de la relación entre chilenos e inmigrantes.

 

Conclusiones

El flujo repentino y masivo de nuevos migrantes que comenzó a llegar al país en los últimos cinco años ha desbordado los marcos institucionales y los parámetros interpretativos de la relación con migrantes. Ello ha afectado la experiencia de interacción entre grupos. Esta situación de desborde institucional e interpretativo desplaza el peso de la relación entre chilenos y migrantes a los individuos y a la contingencia de sus experiencias comunes. Como en la fórmula de los rostros de Jano, tal situación de incertidumbre produce una dualidad en la evaluación y una ambigüedad en las relaciones sociales: las valoraciones negativas y positivas hacia los migrantes recientes se fundamentan en razones que operan a un mismo nivel, pero de forma opuesta. 

Esta dualidad en la evaluación y ambigüedad en la relación revelan que la experiencia local, situada y, muchas veces, individual con el migrante, es lo que prevalece en las percepciones actuales frente a los extranjeros que han llegado al país en los últimos años. Este es especialmente el caso en la macrozona norte de Chile, lugar en el que la frecuencia de contacto entre grupos es mayor. La experiencia individual, muchas veces esporádica y casual con el migrante, se transforma en un factor determinante de la percepción y convivencia entre grupos. En última instancia, son estos encuentros cotidianos los que, en el tiempo, moldean las actitudes y enriquecen la comprensión mutua en una sociedad en constante cambio. Sin embargo, la falta de anclajes institucionales para procesar adecuadamente la sobrecarga migratoria impide que las experiencias individuales valorables se acumulen y se generalicen hacia el resto de la sociedad. Cuando la incertidumbre institucional predomina, cada nueva relación debe partir desde cero. En tales casos, el migrante es un villano o un santo. Todo depende de con quién se cruce en su acción.

 

Notas

[1] El número de entrevistas personales concluidas y válidas de la Encuesta CEP 90 con sobremuestra en la zona norte fue de 1.848, lo que representa una tasa de respuesta del 61,8%. De estas 1.848 encuestas, 499 corresponden a la macrozona norte, lo que equivale al 27% del total de la muestra. Se desarrolló un ponderador distinto al utilizado en la Encuesta CEP 90 a nivel nacional para tener en cuenta este aumento en la muestra (CEP 2024).

 

Bibliografía

CEP 2024. Estudio de inmigración en la macrozona norte en base a Encuesta CEP 90 (septiembre-noviembre 2023). Centro de Estudios Públicos. Disponible en: https://www.cepchile.cl/encuesta/encuesta-cep-n-90/  [15 de abril 2024].

INE 2022. Instituto Nacional de Estadísticas. Demografía. Disponible en: https://www.ine.gob.cl/estadisticas/sociales/demografia-y-vitales/demografia-y-migracion  [15 de abril 2024].

Lang, B., Rozas, J. y Mascareño, A. 2024. Migrantes: el valor de la experiencia. Visualización interactiva C22, Centro de Estudios Públicos. Disponible en: https://c22cepchile.cl/analisis-online/  [15 de abril 2024].

Paolini, S., Harwood, J., Rubin, M., Husnu, S., Joyce, N. y Hewstone, M. 2014. Positive and Extensive Intergroup Contact in the Past Buffers against the Disproportionate Impact of Negative Contact in the Present. European Journal of Social Psychology 44(6), 548-62. 

Putnam, R.D. 2007. E Pluribus Unum: Diversity and Community in the Twenty-First Century The 2006 Johan Skytte Prize Lecture. Scandinavian Political Studies 30(2), 137-174. 

Voci, A. y Hewstone, M. 2003. Intergroup Contact and Prejudice Toward Immigrants in Italy: The Mediational Role of Anxiety and the Moderational Role of Group Salience. Group Processes and Intergroup Relations 6(1), 37-54.

 

 

Para profundizar:

Para seguir abordando este tema, este miércoles 24 de abril el Centro de Estudios Públicos realizará el seminario “El valor de la experiencia: análisis sobre la interacción entre migrantes y chilenos”, en el cual se presentarán en profundidad los resultados de este inédito estudio expuestos en esta columna. En la instancia participan Aldo Mascareño, investigador senior CEP, y Ariadna Chuaqui, investigadora asistente CEP. Comentan Juan Francisco Galli, exsubsecretario del Interior, y José Miguel Insulza, senador y exministro del Interior. Modera Macarena Lescornez, directora de Comunicaciones CEP. Puedes inscribirte a este seminario haciendo clic aquí.

 

1. Radiografía de la Población Migrante en Chile

El fenómeno migratorio en Chile ha adquirido una creciente importancia en el discurso público y mediático en los últimos años. En este contexto, es fundamental comprender las dinámicas que influyen en esta tendencia. A continuación, ofrecemos un análisis sobre la evolución, distribución y composición de la población migrante en el país.

Hasta 2017, se definía como ‘población migrante’ a cualquier persona cuya madre no residiera en Chile en el momento de su nacimiento. Desde 2018, se introduce la idea de que es migrante cualquier individuo nacido en el extranjero, cualquiera con nacionalidad extranjera que resida habitualmente en Chile o que haya solicitado, al menos, un permiso de residencia en el país (Servicio Nacional de Migraciones).

 

Evolución

En el año 2019, el libro Inmigración en Chile. Una mirada multidimensional, editado por el Centro de Estudios Públicos (Aninat y Vergara, 2020), reconocía un aumento «explosivo» de la población migrante en Chile entre los años 2013 y 2017. De acuerdo con el estudio, durante ese periodo la proporción de inmigrantes se duplicó, lo que significaba un crecimiento notablemente rápido en comparación con el incremento más gradual observado previamente entre 2006 y 2013, pues la proporción de población migrante pasó de 0,96% a 2,05%. En especial, considerando que entre 1992 y 2002 sólo se registró un cambio mínimo de 0,1 puntos porcentuales (Gónzalez et. al 2020, 353).

Sin embargo, y como se observa en la Figura 4, el aumento de la población migrante residente en Chile entre los años 2013 a 2017 es considerablemente menor que el experimentado en los últimos 5 años.

(Puedes ver la figura en mayor detalle haciendo clic aquí)

 

En efecto, mientras el Censo 2017 reportaba que había 746 mil migrantes con residencia en Chile (INE 2018), correspondiente a un 4,1% de la población nacional de ese año, las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Departamento de Extranjería y Migración para el año 2022 son de 1.625 mil personas, lo que equivale a un 8,2% de la población nacional.

 

Distribución

Respecto al lugar de residencia de la población migrante, tal como muestra la Tabla 2, la Región Metropolitana se consolida como el principal destino de asentamiento. Durante el periodo de análisis (2018-2022), el porcentaje de población migrante residente en Chile en esta región se mantuvo entre el 57,3% y el 60,7%. La macrozona norte de Chile (regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama) es la que le sigue en magnitud, con un promedio constante cercano al 14,5%.

(Puedes ver la tabla en mayor detalle haciendo clic aquí)

 

De igual forma, al observar la proporción de población migrante en cada región, la que se exhibe en la Figura 5, se aprecia la misma tendencia, resaltando diferencias significativas entre regiones. De esta forma, mientras que la Región Metropolitana acoge al mayor número de migrantes, con un 11,3% de su población residente constituida por migrantes en 2022, es la región de Tarapacá la que presenta el mayor porcentaje relativo, con un 18,5%.

La macrozona norte, en su conjunto, muestra una mayor densidad de población migrante, con Antofagasta registrando un 15,4% y Arica y Parinacota un 12,2%.  En contraste, otras regiones de la macrozona Centro Sur y Sur, como Ñuble y Los Ríos, muestran una proporción mucho más baja.

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Cabe señalar que la concentración en la Macrozona Norte y en la Región Metropolitana ha sido constante, como parte de la distribución histórica de esta población en el territorio. En efecto, el estudio realizado por el CEP explicaba que “el aumento registrado en la proporción de población inmigrante entre los Censos de 2002 y 2017 se concentró en la Región Metropolitana y en el Norte Grande: 6 puntos porcentuales de aumento en la Región de Arica y Parinacota, 9 en la de Antofagasta y 11 en Tarapacá. La Región Metropolitana, en tanto, vio crecer la incidencia de población inmigrante de 2 a 7 por ciento y pasó de acoger el 61 por ciento de los inmigrantes en 2002 a poco más de 64 por ciento en 2017. ” (Razmilic 2020, 136).

 

Composición

La composición de la población migrante en Chile, referente a la variedad de países de origen, ha experimentado cambios significativos en el tiempo. 

Mientras que en 2002 los inmigrantes provenían principalmente de Argentina, Perú y países europeos, para el año 2017 esta composición había evolucionado notablemente, con un auge en la población de peruanos, seguidos por un número considerablemente creciente de colombianos, venezolanos y bolivianos. Destacaba especialmente el cambio en la comunidad haitiana, que, aunque no la más numerosa, fue la que experimentó la tasa de crecimiento más alta entre 2002 y 2017 (Gónzalez et al. 2020). 

Como se desprende de la Figura 6, en el periodo comprendido entre los años 2017 a 2022, el grupo de migrantes de nacionalidad venezolana experimentó el mayor incremento, elevando su número de 83.045 a 532.715, y posicionándose como la comunidad más numerosa en 2022.  En contraste, la población migrante de Perú, aunque sigue siendo considerable, ha crecido a un ritmo menor.

(Puedes ver la figura en mayor detalle haciendo clic aquí)

 

2. Migrantes: el valor de la experiencia

Para una profundización en extenso de los datos presentados en la columna de nuestros investigadores y en el Puntos de Referencia El valor de la experiencia: Dualidad y ambigüedad en la interacción entre migrantes y chilenos’,  el proyecto C22 ha elaborado visualizaciones interactivas de los datos analizados, entregando la posibilidad de explorarlos en todas sus dimensiones y ampliar el análisis de estos mismos. 

El panel interactivo contiene 7 páginas que incluyen visualizaciones relativas a las proporciones y análisis de la encuesta CEP 90 con sobremuestra en la macrozona norte. En particular, podrás visualizar las preguntas que abordan la situación migratoria en el país. 

Por ejemplo, la herramienta permite revisar los distintos tópicos abordados en la encuesta sobre la situación migratoria y sus respectivas preguntas, diferenciando las proporciones de respuestas por población total, población chilena y población migrante.

(Puedes ver el gráfico en mayor detalle haciendo clic aquí)

Las páginas del panel también contienen visualizaciones sobre las preguntas abiertas de la encuesta y los focus groups que hemos realizado con población migrante y población de Chile. Los análisis contenidos que podrás encontrar van desde proporciones simples diferenciando por población migrante, chilena y el total, análisis múltiple de correspondencia (MCA), de redes semánticas, de sentimientos y de discursos de odio. 

Para el acceso directo a esta herramienta, puedes hacer clic aquí.

(Puedes ver el gráfico en mayor detalle haciendo clic aquí)

 

3. Ellos y nosotros: El inmigrante de los chilenos

El Puntos de Referencia N° 690 ‘Ellos y nosotros: El migrante de los chilenos’ de nuestro investigador Mauricio Salgado, que será publicado en mayo próximo, realiza un análisis sobre las actitudes de los connacionales hacia los migrantes. El estudio experimental, realizado en la Encuesta del CEP 90, evalúa las respuestas de los encuestados a perfiles ficticios de inmigrantes que variaron en su sexo, nivel educacional, y nacionalidad, entre otros atributos.

Los resultados de este estudio serán dados a conocer durante el seminario homónimo, que será realizado el miércoles 8 de mayo a las 18:30 hrs. Esta instancia, su autor presentará los principales hallazgos de esta investigación, los que serán comentados por la senadora de la República, Luz Ebensperger, y el presidente ejecutivo de Espacio Público, Patricio Domínguez. Las inscripciones están disponibles en este link.

 

 

Para profundizar:

 

En esta edición de Voces del CEP queremos recomendarles tres seminarios que tuvieron lugar en nuestro auditorio sobre temas variados y contingentes: 

Además, tuvieron lugar las dos primeras sesiones de la nueva temporada el ciclo “Genios Chilenos”, bajo curatoría de Rafael Gumucio, que abordaron las figuras de Violeta Parra y Claudio Arrau. El cierre estará dedicado a Raúl Ruiz y aún están abiertas las inscripciones.

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